El técnico del Deportivo Saprissa, Wálter Centerno, fue a la tierra que lo vio nacer, el bello cantón de Osa en la zona sur con la intención de utilizar su imagen para promover el turismo en la región. Hasta ahí todo puras tejas.
Sin embargo, aunque se resientan los fanáticos, esos que no razonan, su Rey Paté la embarró. Don Walter, como personaje público, pudo haber enviado un doble mensaje positivo: ayudar a Osa y además predicar con el ejemplo y haber demostrado que el distanciamiento social y el uso de mascarillas o caretas, así como el saludo sin dar la mano, son las armas en esta guerra contra la pandemia del COVID-19, pero lejos de ello rompió su burbuja social.
En momentos en que en la Gran Área Metropolitana (GAM) estamos encerrados, en que este miércoles hubo 504 contagios más y la cifra de fallecidos ya enluta 40 hogares, el técnico la sacó del estadio.
Y es que no tengo la menor duda de que más de un saprissista, de esos de hueso colorado que lo idolatra, le haga más caso a Centeno en esta lucha que al mismo ministro de Salud, Dr. Daniel Salas.
Los personajes públicos, aunque con frecuencia no reflexionan en ello, tienen una gran responsabilidad en la transmisión de valores, y en un momento como el que vivimos su aporte positivo es vital, así como los malos ejemplos son doblemente dañinos.
Lástima que don Wálter perdiera la oportunidad de enviar un sano mensaje, que hubiera calado profundamente en los ticos, contra este peligroso enemigo.