Juan Carlos Osorio, técnico colombiano que dirige a México, comparte con Óscar Ramírez, entrenador de Costa Rica, el hecho de que hay un sector de la afición a la que no le gusta su forma de juego, lo mismo que a algunos periodistas.
Ambos se verán las caras el próximo martes 5 de setiembre, cuando los aztecas enfrenten a la Tricolor por la fecha ocho de la hexagonal, rumbo al Mundial de Rusia 2018.
En México han sido claros que como ocurre con la mayoría de entrenadores, los resultados serán los fiscales de Osorio y que cada marcador que obtenga servirá para poner en la balanza si continúa al frente del Tri.
"Si el tiempo me va a alcanzar o no (para consolidar mi proyecto), no es mi decisión. Nuestro contrato, más allá de mis intenciones y las del presidente (de la Federación Mexicana de Futbol, Decio de María), tendrá que ver con los resultados, por el respeto que le tenemos a nuestros jefes. Si continuaremos o no, no me pongo tiempos, pero estamos dando todo lo que está a nuestro alcance para ir al Mundial y llevar a México a lo más alto posible", comentó Osorio.
De María, presidente de la Fede azteca, ha sido claro que si solo dependiera de él, ya hubiera renovado al cafetero más allá de Rusia 2018.
La era del actual técnico del Tri ha sido turbulenta, sobre todo debido a las críticas por su sistema de rotaciones y sus arrebatos contra los árbitros, que le costaron una suspensión de seis partidos desde la pasada Copa Confederaciones.
Cuando visite suelo tico, Osorio sí podrá estar en el banquillo, porque ya habrá pagado la sanción.