El juego de cuartos de final de Linafa entre San Pablo de Heredia y Barriada FC de Puntarenas terminó en una balacera, con una persona herida, dos armas decomisadas y cinco detenidos.

La lamentable escena se dio en la cancha de los Presidentes en San Pablo de Heredia, todo quedó registrado en la transmisión en vivo del sitio Antena Seis.

El reloj marcaba el minuto cinco de reposición del segundo tiempo y el marcador estaba 2-1 a favor de los locales, con lo que estos avanzaban a las semifinales tras derrotar 4-2 en el global a Barriada FC.

La afición, que llegó en gran cantidad, estaba eufórica y se armó un pleito fuera de la cancha, algunos jugadores también corrieron donde se estaba dando el encontronazo y fue en ese momento cuando se escucharon algunas detonaciones.

“La Policía Municipal local y la Fuerza Pública detuvieron a cinco sospechosos, además de decomisar dos armas de fuego”, aseguró la Fuerza Pública en un comunicado

Según las autoridades, supuestamente un aficionado puntarenense, no conforme con una decisión arbitral, decidió disparar un arma.

“Producto de lo anterior, otro aficionado porteño, de nombre Antony José Urbina Contreras, resultó con un impacto de bala con entrada sin salida en el muslo derecho”, añade el comunicado.

A la Fuerza Pública le indicaron que en un carro gris iban las armas involucradas en el hecho, cuando los ocupantes se bajaron del vehículo empezaron a car 33 municiones de una arma de 9 milímetros, pero no había armas. Eso sí, detuvieron a tres hombres de apellido Mosquera.

En la plaza cayó uno más, quien andaba un revólver calibre 38, su identidad no trascendió.

Finalmente, tras intervenir el bus en el que viajaba el equipo puntarenense, encontraron otro revólver del mismo calibre en el bolso de un mejor de edad.

Luego, tras intervenir el autobús en el que viajaba el equipo puntarenense, las autoridades encontraron una segunda arma.

Enorme susto

El locutor Rodrigo Rodríguez fue testigo de los hechos, él estaba dentro de la cancha porque estaba colaborando con el sonido de la actividad pues su hijo es ficha del cuadro de San Pablo.

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“Ya cuando el partido iba a terminar se escucharon tres detonaciones, lógicamente la gente se asustó. Empezó a correr gente para todo lado, había gritos y yo entones me dirigí hacia la parte donde están los jugadores a decirle a mi hijo, como padre que soy, que nos fuéramos, que no se metiera y cuando estaba en la esquina, a parte que los de Puntarenas estaban tirando piedras y palos hacia la cancha, se volvieron a escuchar detonaciones, entonces se creo un momento de caos", explicó Rodríguez.

Cuenta Rodrigo que, después de 15 minutos de descontrol, los árbitros pudieron entrar a los camerinos, y ya después llegó la policía y el OIJ.