Pelé no asistió, este jueves, a la ceremonia en la que se develó una estatua suya con el uniforme de la selección brasileña que se coronó en el Mundial de México 1970.
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En los últimos años el astro del fútbol ha padecido una serie de problemas que han limitado su movilidad. En algunas de sus raras apariciones en público se le ha visto utilizando andaderas ortopédicas o sillas de ruedas.
Nueve jugadores de aquella selección que conquistó la Copa del Mundo hace casi medio siglo estuvieron presentes en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol en Río de Janeiro.
Pelé, de 79 años, participó sólo mediante un mensaje en video.
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Pepito Fornos, portavoz del exfutbolista, dijo que estaba acordado así porque Pelé no se presentaría para la develación de la estatua de tamaño real, que fue producida por una empresa con sede en Londres.
“En lo que se refiere a la belleza, la estatua es más bonita”, bromeó Pelé en el video grabado dentro de su casa en Guarujá, a las afueras de Sao Paulo.
“Agradezco a Dios por tener salud durante este homenaje y en este momento”, expresó el mejor jugador de la historia del fútbol brasileño.
La semana pasada, uno de los hijos de Pelé dijo a la prensa brasileña que su padre estaba algo deprimido por la incapacidad de moverse libremente tras una cirugía de cadera a la que se sometió en 2012.
Edson Choibi do Nascimento, apodado Edinho, añadió en una entrevista con Globo Esporte que Pelé no se siente cómodo para salir de casa y se muestra avergonzado y tímido por sus problemas físicos.