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Ronaldinho alegró, gustó y anotó

Los aficionados que disfrutaron la mejenga del brasileño en el Nacional jalaron satisfechos. Hubo espectáculo de sobra.

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El Estadio Nacional se llenó de magia este sábado cuando Ronaldinho bailó samba al ritmo de goles, pases de ensueño y jugadas perfectas que hicieron ver el fútbol tan fácil que los aficionados siempre le aplaudieron su calidad.

El brasileño se trajo toda su magia y desde los dos minutos se echó a la bolsa a los casi 15 mil aficionados que fueron a verlo. Lo hizo con un pase de ensueño que arrancó aplausos y de una vez dejó muy claro que esa sería una noche especial.

Ronaldinho no solo emocionó a la gradería, sus compañeros también se contagiaron, un pase de Dinho dejó al exmanudo Hárold Wallace frente al portero Álvaro Mesén y el exlateral cuchareó el balón como el mejor delantero del mundo. Lo que nos faltaba ver, a Wallace matando como gigante: 1-0.

Toques únicos, pases mágicos, eterno sentido de profundidad y alegría en cada jugada. Los aficionados le respondieron siempre con aplausos. Los ticos son exigente, pero con Dinho se dieron cuenta que un monstruo los estaba complaciendo totalmente.

El "Matador" Alejandro Alpízar, a pase de Alonso Solís, empató a uno para Los Galácticos.

La magia pura llegó en los pies del exjugador del Barcelona a los 16 minutos. El brasileño agarró la redonda en el borde del área grande y se fue con todo para partir en mil pedazos la cintura de Mauricio "Chunche" Montero y bañar al portero Mesén, fue el 2-1.

Todos se contagiaron de magia y entonces pudimos ver al Chunche tratando de burlar a Wálter “Pate” Centeno, a Winston Parks haciendo taquitos y a Alonso Solís asistiendo con elegancia. Fútbol alegre y picante.

Solís anotó el 2-2 con la receta de toda la vida al portero al que siempre le anotó, Wardy Alfaro, quien defendió los tres tubos de Las Leyendas.

Solís, en las barbas del área grande, remató al palo derecho de Wardy, gol, como en aquellos tiempos en que Solís jugaba con Saprissa y Wardy con Alajuelense.

Winston Parks anotó el 3-2 en una jugada que inició Dinho en la media y le puso un pase perfecto a Parks, quien le pegó un puntazo a la redonda que terminó en las redes.

A los 43 minutos, Claudio Ciccia, para Las Leyendas, firmó el 4-2.

Todas las jugadas pasaban por el brasileño y esa no fue la excepción. Ronaldinho por el centro lanzó un pase perfecto a la carrera por la banda izquierda de Esteban Sirias y este se la puso al corazón del área a Ciccia, quien vacunó suavecito.

Llegó el fin del primer tiempo y el estadio estalló en aplausos, le encantó lo que vio la gradería. Ronaldinho cargó de magia la cancha.

El segundo tiempo comenzó tal y como terminó el primero, con aplausos para el brasileño, quien no esperó nada para sacar otra vez la varita mágica, pero ahora con la camiseta de Los Galácticos.

Dinho hizo mancuerna de lujo con “El Matador” Alejandro Alpízar y le hizo un pase cuchareado que el tico, en una media vuelta, desaprovechó, pero los dos gustaron por lo animados que se vieron.

De hecho el 4-3 fue de Alpízar, quien ya totalmente contagiado por la magia entró al área con la pecosa, se quitó a dos y anotó con globito esquineado. Como los grandes.

Los Galácticos, minutos antes del gol de Alpízar, pudieron anotar pero Rodrigo Cordero  vio como Mesén le detenía el remate de un penal.

Y llegó el 4-4. Fue de un limonense puro, Kurt Bernard, quien finalizó en gol otra jugada que en la media inició Dinho.

Chunche fue el segundo más buscado para los selfis; un aficionado  se llevó el premio al más perdido porque se metió a la cancha buscando a Ronaldinho pero abrazó a Kurt; el título al más gordo estuvo entre Chunche y Rodrigo “el Rocky” Cordero quienes se dieron duro con sus panzas; los más conservados fueron sin duda Wálter “Pate” Centeno y Esteban Sirias; la panza que más engañó fue la de “El Matador” porque corrió todo el partido con más aire que una bolsa de papas tostadas de esas del súper.

Fue una noche mágica a ritmo de la mejor samba brasileña de un Ronaldinho que dejó muy clara su calidad más allá del fútbol. Por ejemplo, corrió a buscar al aficionado perdido que no lo encontró y le dio el abrazo mágico que andaba buscando. Ese es Ronaldinho: humildad, magia y pueblo, sobre todo el pueblo humilde que vive en una casitas como en la que él nació. Se nota que jamás olvidó que los ídolos deben alegrar a su gente.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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