Después de la durísima eliminación de Alajuelense en manos del Herediano, solo la inocencia de unos niños podrían salvar el orgullo de unos jugadores manudos con cara de perro en la zona mixta, mientras daban declaraciones.
Algunos pequeños se acercaron a Patrick Pemberton, Jonathan McDonald, entre otros para pedirles fotos y que les firmaran su camisetas del club.
Solo ellos, porque los aficionados grandes no querían verlos ni en pintura.
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Principalmente a Porfirio López, Allan Miranda o Freddy Álvarez, quienes cuando se dio el pitazo final fueron los más madreados; ni parecido al apoyo que recibieron los hondureños, Róger Rojas y Luis Garrido, además de Maalique Foster o José Miguel Cubero, quienes recibieron aplausos por su esfuerzo.