San Carlos hizo un negociazo este domingo en su casa al pegarle 1-0 a Alajuelense, mantener sus opciones vivas de clasificación y acabar con el invicto como visitante que presumían los manudos.

En la mejenga en el barrio San Martín en Ciudad Quesada, ya Alajuelense no se jugaba nada en lo que a la tabla respecta, ya tenía asegurado el primer lugar general, pero para San Carlos era otra cosa.

El triunfo deja a los toros con 23 unidades, las mismas que Saprissa y Limón por lo que enciende la lucha en el grupo B, eso sí los morados tienen dos partidos menos que los toros. (Ante Santos y Heredia).

Por ese motivo, los norteños tenían que salir a partirse el alma, se jugaban unos de sus últimos cartucho para pensar en clasificar, aunque su destino no depende solo de ellos.

La Liga llegó seria y sin regalarle nada al rival, desde la alineación se vio, saltaron a la cancha los mismos hombres que le ganaron a Sporting el miércoles pasado.

Era la misma gente y la misma idea, probablemente menos presión que otras veces, pero no dejaba de ser una dura prueba para San Carlos enfrentarse al superlíder del torneo.

No hubo gran diferencia entre ambos, fue un partido parejo y más bien fue un despiste de la zaga manuda lo que le abrió la puerta a los toros.

La mejenga traía curiosamente algunos datos incómodos, como la derrota por 3-1 que los manudos sufrieron hace un año en el mismo Carlos Ugalde luego que habían asegurado el liderato general.

También estaba por ahí Jeaustin Campos, una figura que históricamente más allá del equipo que dirija siempre ha sabido complicarle la vida a los manudos.

La Liga eso sí no le dejaría las cosas fáciles a su rival, la primera jugada de peligro fue eriza, a los seis minutos, un remate de Carlos Mora desde fuera del área que mandó Kevin Chamorro a tiro de esquina.

En ese córner, la pecosa le cayó a Bryan Ruiz quien sin marca no pudo pegarle bien de cabeza a la pecosa y metió un tiro muy descompuesto que se fue desviado.

A los 15, Raschid Chirino daría su primer aviso del partido, un remate en el área que Mauricio Vargas tapó a dos tiempos sin mucha bronca.

La cosa se fue así, con opciones entre marco y marco, sin un dominador claro, otro intento de Jurguens Montenegro a los 28 minutos en el que apareció de nuevo Chamorro.

Cayó el golcito

Cuando arrancó el segundo tiempo, la zaga manuda se despistó una sola vez, la que hizo diferencia, en un centro corto de José David Sánchez que pescó de jupita Chirino para poner el 1-0 a los 30 segundos.

El despiste fue de Machado, a quien una vez más le ganaron la espalda este torneo, se vio lento y dormido y costó caro.

Viéndose atrás, la Liga apretó, empezó a tirar bombazos sobre el marco norteño y entre los postes y las intervenciones del arquero Chamorro le dijeron que no.

A los 49, Alonso Martínez pegó el primer palo, un bombazo al horizontal desde los linderos del área. El segundo fue 20 minutos después, también al horizontal, un trallazo fuera del área de Carlos Mora.

Álvaro Saborío también le anduvo de cerca al gol ante su exequipo, tuvo al menos tres oportunidades, dos se le fueron desviadas porque no le pudo dar bien a la pecosa y la tercera fue un bombazo que Chamorro le tapó a los 81 minutos rifándose el físico.

Para el atacante no hubo consideración alguna hacia los toros y se lamentó en grande las opciones fallidas, en sus gestos de molestia se notó.

Los manudos también enfrentaron un poco la maña del rival que aprovechaba quemar segundos con jugadores que caían al piso y alguna contra que intentaban hacer los norteños, pero que moría en la zaga eriza sin mucha bronca.

Más allá de la derrota, lo que más preocupa a la afición manuda es la lesión del joven defensor Fernán Faerron, quien no pudo terminar el partido y al finalizar tuvo que abandonar el terreno apoyado por sus compañeros.

Al final no hubo cómo para la Liga, fue una mejenga pulseada en la que la bola no le quiso entrar, que los aterriza un poco para hacer ver que tampoco es que se llevarán todo caminando y que si quiere la 30 no puede aflojar ni un segundo.