Cartaginés tenía la mesa servida para coronarse campeón nacional en el año 1969 y romper así con una sequía de 28 años, la mayoría de futboleros en el país creían que el Ballet Azul, un equipo que deleitaba con su buen juego, no tendría problemas para alzar el título.
La calidad de ese mítico equipo brumosos es reconocida hasta la época y en el último partido de esa temporada necesitaba solamente un empate para coronarse, mientras que su rival, el Saprissa, necesitaba derrotar a tal máquina de fútbol.
Pero lo que parecía imposible pasó. Un gol desde media cancha anotado por Luis Chacón fue suficiente para que los morados le quitarán el título a los blanquiazules en el último suspiro. Saprissa ganó el partido que debía y listo, fueron los campeones de ese año.
Más que una cartagada, esa situación es una referencia acertada a unas de las frases que usan los morados como credo: "No se repartan nada mientras Saprissa esté vivo", inmortalizada por el expresidente tibaseño Jorge Guillén.
"Las ocasiones en las que Saprissa partía como víctima, ante un fuerte favoritismo de otro club y terminó quedando campeón son muchísimas. En 1969, a falta de pocos minutos para que Cartaginés fuera campeón, apareció el gol de Luis Chacón. En el 73 el favorito para ser campeón era Cartaginés y terminó ganando la final 4-1. En el 75 Alajuela era prácticamente campeón y de última hora falló y el Saprissa lo aprovechó. En el 77 Cartago era una máquina de hacer fútbol y perdió 2-0", explicó el periodista e historiador José Pastor.
Los motivos por lo que muchas veces los morados renacen como el fénix van mucho más allá de la frase creada por Guillén, es una cuestión de mentalidad y actitud, que se inculca desde la formación de los jugadores.
"Alfonso 'Magut' Brenes fue uno de los mejores defensas que tuvo en su historia el Cartaginés, fue seleccionado nacional y titular indiscutible en los años 70', disputó no solo títulos, sino partidos decisivos para ser campeones y se retiró jugando con el Saprissa. Un día me decía que cuando entró al camerino para el partido definitivo ante Puntarenas en el 82, los jugadores hablaban sobre qué iban a hacer después del juego y dónde iban a ir a celebrar.
"Cuando escuchó hablar a sus compañeros así, lo primero que recordó es que en el Cartaginés cuando entraba al camerino era un ambiente tenso, los jugadores estaban asustados al tener un partido clave para cambiar la historia. Eso retrata perfectamente la historia entre un equipo acostumbrado a esas instancias y otro que no aguanta el peso de cambiar la historia", detalló Pastor en un relato que explica cómo el Monstruo ha vencido favoritismos.
En el presente, el comunicador está absolutamente seguro que el Herediano es y ha sido el mejor equipo del torneo de Apertura, pero insiste en que la historia le ha demostrado muchas episodios donde Saprissa sorprende.
"Si a mí me ponen a apostar, apuesto por Heredia, no me cabe duda que es el mejor del campeonato en todas las líneas y cifras, pero eso no quiere decir que un equipo así no se puede caer en dos o tres fechas. Ellos tuvieron un equipo tan bueno como en 1974, que también iba invicto y le faltaban solo tres partidos para llegar a la final, pero se cayó, perdió los tres juegos y Saprissa salió campeón", recordó entre tantas otras veces.
12 puntos de nada sirvieron
No hay que irse muy largo para recopilar más historias, porque dos de los últimos tres títulos que ganaron los morados fueron en condiciones similares, después de primeras fases no muy buenas lograron tocar la gloria.
En el torneo de Invierno 2014, Alajuelense cerró la primera ronda del torneo con 53 puntos y era el firme candidato al título con Óscar Ramírez, en semifinales se topó con el Saprissa al que le había sacado 12 unidades en la fase regular, pero el Monstruo lo acabó madrugando.
A cargo de Jeaustin Campos, el equipo se creció y luego le ganó la final al Herediano en el propio estadio Eladio Rosabal Cordero (5-3 en el global).
"Nadie daba nada por nosotros, el de arriba (la Liga) iba sobrado y todo el mundo lo daba por favorito, eso a los jugadores, por más que digan que no en una entrevista, sí nos toca y nos picó, nos hirió el ego.
"Recuerdo que los capitanes nos reunimos y dijimos que lo podíamos sacar, que no había ningún equipo invencible y teníamos las armas para lograrlo, todo pintaba en nuestra contra pero sacamos la casta", comentó Alexander Robinson, defensor del Municipal Grecia, quien formó parte de aquel equipo campeón.
La carga de los 12 puntos que les sacaron en la fase regular quedó ahí porque sabían que cuando acabó esa fase empezó un campeonato nuevo, explicó el zaguero.
“En ese momento ya le había pasado a Gabriel (Badilla) lo del corazón y era una motivación extra que teníamos y le queríamos dar, (Adolfo) Machado y yo éramos los capitanes, lo incluimos a él en eso y eso nos motivo bastante. Además que Heredia nos tenía respeto, no miedo, pero si respeto y eso lo explotamos”, detalló.
Para Robinson, una característica del Saprissa que le ha salvado la tanda en muchas ocasiones es la mentalidad de sus jugadores formados en la casa, que tienen ese ADN morado. Cree que muchos de los que vienen de afuera no lo captan y por eso jalan rápido.
“La mentalidad sin duda es lo principal y uno sabe que en Saprissa hay muchas historias de que las cosas iban mal y al final lo ha logrado, por eso uno siempre cree. Se dice ‘yo quiero ser de esos que hacen historia y hacer lo que nadie pensó, porque en este club se logra’. Todo empieza en la cabeza del grupo y de un entrenador de la casa que conoce eso. Los que éramos muy saprissistas lo entendíamos”, detalló Alexander.
Ni que decir del cuento de Los Princesos, cuando la "S" le robó el título del Invierno 2015 al Alajuelense dirigido por Hernán Torres, que había terminado líder. Tal vez, como nunca, el Monstruo fue objeto de memes y las burlas más feroces. Pero el final fue feliz para los morados ya que pasaron de princesos a reyes.