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Saprissa recuperó el segundo lugar del grupo B de la mano de Johan Venegas

Morados golearon 4-0 a Pérez Zeledón

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Una de las frases más cajoneras pero certeras es que en el juego ya todo está inventando por lo que, a veces, cuando se quiere forzar una idea, las cosas no salen bien.

En el Saprissa de Wálter Centeno se podría ejemplificar ese dicho, porque cuando el central juega de central, el contención juega de contención, el creativo juega de diez y el nueve juega de nueve, la cosa se ve mejor, como en la última semana ante el Municipal de Guatemala y Pérez Zeledón.

Los morados ganaron sin apelaciones a un endeble cuadro sureño por 4-0, con un doblete de quien hoy por hoy es su gran estrella, Johan Venegas.

Para los morados, la victoria era vital para aprovechar que este fin de semana todo se les acomodó para volver al segundo lugar del grupo.

Lo del Cachetón es tema aparte, que hay que ver en su justa dimensión porque para el Saprissa perder a una ficha como el oriundo de Limón, sería un palazo.

Por cada gol que anota Venegas, los morados se deben estar preguntando lo mismo, ¿será este el último gol del Cachetón con la morada? y la interrogante es válida mientras no sepan nada sobre la renovación del 7.

Jugando como nueve, el Cachetón se siente a sus anchas, se mueve por toda el área, le roba la espalda a las defensas y es la referencia para sus compañeros en ofensiva. Ante Pérez, con sus dos pepinos, llegó a seis tantos este torneo.

El Monstruo perdió a Esteban Espíndola apenas al minuto 9 por una lesión, pero su salida ni se sintió porque en su lugar entró el experimentado Johnny Acosta.

Claro, Acosta y el resto de defensores la tuvieron facilita porque el rival ofreció poco en ataque, y lo poquito que tuvo, lo desperdició.

Daniel Villegas presionó a Ricardo Blanco, le robó la pecosa y se creó una inmejorable opción en un mano a mano contra el meta Aarón Cruz, pero al llegar al área, el lateral no supo qué hacer y terminó haciendo un tirillo al cuerpo del arquero.

Pisar el área no significa ser peligroso y llegar, pero sin terminar la jugada es como no hacer nada y eso le pasó en varias ocasiones a los sureños.

Otra frase común en el fútbol es que quien no las hace, las ve hacer y Saprissa en su segunda llegada peligrosa perforó la pobre resistencia generaleña.

Los Guerreros del Sur, que dejaron las armas en el valle de El General, intentaron salir jugando desde atrás, les robaron la bola y tuvieron que cometer una falta que fue en la que nació el gol, a los 14 minutos.

Mariano Torres hizo el cobro, pegadito a la banda derecha, y encontró la cabeza de Johan Venegas en el puro centro del área pequeña, casi que en la cara del arquero Bryan Morales, quien se quedó atornillado en la línea, en vez de salir por un balón que era suyo.

El Cachetón demuestra que está endiablado y cuando le ofrecen facilidades así, no desperdicia.

Sin respuesta del rival, los morados siguieron empujando y eso los llevó al doblete del inspirado delantero.

Torres filtró un pasesote a las espaldas de la defensa rival, allí Marvin Angulo se la llevó por la derecha, se metió al área y puso el centro para que con otro jupazo, Johan pusiera el 2-0 ante un marco que quedó vacío por la apresurada salida de un Morales que andaba más perdido que el chiquito de la llorona.

El segundo tiempo los tibaseños pusieron la mejenga en piloto automático y se la jugaron con lo que ya había conseguido porque sabían que ya el daño estaba hecho y el rival tampoco intimidaba mucho.

Sin embargo el Monstruo, sin apretar mucho, metió dos pepinos más.

Para cerrar con broche de oro, el Cachetón cerró la mejenga con una asistencia, luego de poner un pase preciso que cerró Frank Zamora, quien ingresó a los 76 en lugar de Jimmy Marín.

El oriundo de Barranca Puntarenas anotó al poner la zurda abajo del marco a los 82, para marcar su segundo pepino con la chema morada este torneo.

Al final los morados pescaron el cuarto luego de otro error de Morales, cuando el meta soltó la pecosa en un centro inofensivo y la bola le cayó en los pies a Johnny Acosta, para matar con el arco vacío en tiempo de reposición.

De la mano de Venegas y sin tratar de buscar inventar el agua tibia, el Monstruo se viene levantado después de momentos complicados, tal vez esta sea una lección para Paté que lo que funciona, no se toca.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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