Saprissa volvió a la realidad de golpe, de la nube a la que se subió el viernes luego de jamonear a un rival amateur cayó de leñazo este lunes y sufrió de más para pellejear un empate a dos ante Guadalupe en el Colleya Fonseca y mantener el invicto de tres empates contra rivales, en el papel, más débiles.

Ante Guada, volvimos a ver el mismo Saprissa que ya tiene cansados a muchos de sus aficionados, lento, que lo presionan en su área y lo ponen a sufrir de lo lindo.

La mejenga no era contra el Arcahaie, ¡qué va!, a los guadalupanos el Monstruo no podía montarle la fiesta que le aplicó a los caribeños, a quienes se los comió muy fácil, está claro que no era parámetro para comparar nada.

Allá quién se haya creído que la goleada de 5-0 el viernes era por una franca mejoría o tapaba sus males, los hechos mostraron que la cosa no es así.

Guada fue más. Y es que desde el primer minuto del partido fue Guada el que salió a apretar a la “S”, a incomodarla, a no hacerle el partido fácil, clave que muchos ya se dieron cuenta.

Aquella frase que dijo Wálter Centeno cuando fue presentando en febrero del 2019 como técnico morado, que la diferencia entre Saprissa y el resto de los equipos es que a Saprissa todos le tienen miedo, seguirá solo en la mente del técnico.

Apenas el primer ataque de los locales, a Mariano Torres le costó la tarjeta amarilla, el cuadro encimaba, puyaba en sus primeros minutos, pero fallaba en no poder cerrar la jugada de buena manera.

Royner Rojas, quien fue un auténtico dolor de cabeza para el Monstruo,cruzó la primera a los diez, la pecosa pasó por todo el área, tenía pinta de gol, pero al atacante le falló la brújula.

Saprissa no salía de sus enredos, pasó una media hora agobiado hasta que tuvo la primera de peligro, un remate de David Guzmán que se fue sobre el horizontal cuando el jugador estaba frente a marco.

A pesar de que la “S” se empezó a asomar, seguía sufriendo atrás, por el sector izquierdo Rojas estaba haciendo fiesta con el lateral derecho del Monstruo, Jordy Evans.

El chamaco morado, de 18 años, no estaba viendo una sola, en todas se lo llevaban y en una de esas casi se abre el marcador, Rojas lo dejó botado, se la puso al mexicano Diego Huacuaja, a quien Esteban Espíndola empujó, falta de penal al 37.

A Saprissa, por lo menos, los rivales lo están perdonando en algunas, igual que pasó con Grecia, el remate del guadalupano Jossimar Pemberton pegó en el vertical derecho.

Paté hasta que respiró hondo al ver el fallo, su equipo se salvó por poquito, más porque el juego que mostraba también era bien poquito.

Buena regañada

Cuando iban para los camerinos al medio tiempo, Paté se llevó a Evans y lo dejó como palo de perico, el pobre chamaco estaba con la cabeza baja y una cara de que le estaban metiendo una repasada bravísima.

Para el segundo tiempo la cosa no tenía pinta de cambiar mucho y a los 54 Saprissa se jaló otra falta de penal en el área.

El réferi Geiner Zúñiga amonestó a Espíndola, quien pensó hizo la falta, pero la repetición de la jugada mostró faltas de David Guzmán y Luis José Hernández, apenas para elegir.

Esta vez Lautaro Ayala no falló, su remate al lado izquierdo de Aaron Cruz fue bueno.

Todo estaba para que Guada aprovechara, tenía el manejo del juego ante un rival muy errático, pero con una torta regaló el empate.

Darío Delgado se le barrió en el área a Evans de forma atarantada, un penal clarísimo que Mariano Torres no perdonó para el 1-1 a los 66.

Pero la cosa no acabó ahí, Jossimar Pemberton empezó a inquietar al Monstruo y en la segunda que tuvo, después de bailarse a medio Saprissa la mandó a guardar al 82 con un remate de zurda al primer palo que no alcanzó Cruz, por más estirón.

Cuando parecía que a Saprissa se le agotaba la fortuna alcanzó el empate de inmediato, un tiro libre a la olla muy lejano de David Guzmán lo pescó en las alturas Kendall Waston, quien ingresó de cambio, precisamente para eso, ganar balones arriba.

La Torre, que debutó en el torneo nacional este lunes, pivoteó un balón para que apareciera Espíndola y anotara por tercer partido seguido, un golazo, la bajó de pecho y le dio seguido.

Con el empate el Paté respiró un poquito, pero si sigue así se le puede acabar la cuerda aún con la fe que le tiene a su fuerza aérea, el gigante Waston.