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Saprissa resistió a todo y se llevó la copa de campeón como recompensa

Morados alcanzaron la ansaiado corona número 37 este sábado

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En un señor baldazo, en medio de una señora sufrida y ante un señor rival, el Saprissa se coronó nuevamente como un señor campeón por lo mostrado durante toda la temporada, lo que le depara un título con toda justicia.

La S fue un equipo tan efectivo y completo en este Apertura 2022 que hasta supo sufrir cuando se vio contra las cuerdas, cuando Herediano más lo presionó y lo puso en problemas, supo aguantar a como pudo para alzase campeón.

La 37 deja un sabor especial por las formas, por el cómo se recuperó el cetro de monarca. En estas ocasiones no hay dudas ni peros sobre su rendimiento, la manera cómo se metió a la otra ronda o la “suerte” que haya tenido en otras ocasiones cuando levantó algún título que parecía inmerecido.

Luego de arrastrar un poco su imagen en los últimos años, en el Monstruo recordó quién es y por eso este torneo buscó hacer las cosas diferentes, lo que le dio la copa como recompensa.

Hace un año, los morados perdieron en este mismo escenario, el título ante un cuadro florense que era liderado por Jeaustin Campos. Uno de los puntos para volver a la gloria era ese, recuperar al técnico que más alegrías les ha dado, el de los seis campeonatos desde este sábado.

No fue nada fácil la final ante el Herediano, pero es que las finales rara vez lo son; pero aun cuando sufrió, tuvo la fortaleza y serenidad para salir adelante.

Desde el inicio de la mejenga los rojiamarillos dominaron las acciones. El equipo timorato y sin personalidad del partido de ida ni se asomó, sino que llegó el Team, el que de verdad mete miedo.

Los florenses no necesitan de mosaicos, juegos de humo, pólvora o figuras para asustar. Entraron enchufados a la mejenga y a los dos minutos casi clavan un tiro libre.

Era de esas mejengas en las que desde un inicio usted ve cómo vienen los cuadros y era como si hubieran invertido papeles del duelo en el Ricardo Saprissa, el domingo pasado.

La diferencia en esta ocasión es que a los florenses les salió exactamente el plan diseñado desde un comienzo; salir a apretar y buscar un gol lo más pronto posible. Y este cayó rapidito.

A los ocho minutos, un centro de Keysher Fuller por la derecha cayó en la cabeza de Jefferson Brenes para abrir al marcador y volver el estadio Colleya Fonseca un hervidero.

El golpeó lo sintió la “S”, que no tuvo respuestas correctas en ofensiva y que, además tuvo dos golpes en su once; primero, a los nueve minutos cuando Orlando Sinclair salió lesionado y tuvo que entrar Ariel Rodríguez en su lugar.

Perder a la ficha en ofensiva que mejor lució en las dos series entre tibaseños y heredianos y que anotó en dos de los tres partidos previos era un golpe para la escuadra tibaseña, que le obligó a mover el banquillo pronto.

El siguiente leñazo fue aún más duro. La roja de Kendall Waston, por lo que significa la Torre en el Monstruo como para el rival, fue quitarle un problemón de encima al Team.

Waston se fue por doble amonestación en cosa de 13 minutos. La primera fue por una discusión con Esteban Alvarado, por salir a defender a Luis Paradela; y la segunda, por una falta clara sobre Kennedy Rocha. Una roja que se celebró como otro gol en el Colleya. Obvio.

A Jeaustin Campos se le veía preocupadísimo y tuvo que mover de nuevo el banquillo. Sacrificó a Álvaro Zamora para meter a Gerard Taylor y reponer al menos en espacio, el hueco que le quedaba en defensa. Es claro que una figura como Kendall es difícil de sustituir.

En un estado de nervios evidente, el Monstruo se fue al medio tiempo. Aún tenía el título en las manos perdiendo 1-0; sin embargo, lo que mostraba en la cancha era para preocuparse en serio.

El objetivo de la “S” en el segundo tiempo era bajarle el ritmo que le metió el rival en el periodo inicial, lerdear las cosas, que fuera disminuyendo esa velocidad que lo tenía en broncas y de feria con diez.

Era un juego en el que uno proponía y el otro aguantaba, situación un poco atípica para el cuadro morado este semestre pues, usualmente, era el equipo que siempre llevaba la iniciativa y el compás de las cosas. Pero las circunstancias lo llevaron a esta situación.

Uno metía delanteros; en el Team entró Kenneth Vargas, Giovannie Arturo Campos y hasta Yendrick Ruiz, quien tuvo sus primeros minutos del torneo luego de una larga lesión.

Jeaustin metía defensas o marcadores; Ryan Bolaños y Jaylon Hadden. Lo que buscaba cada uno de los técnicos estaba más que claro para afrontar los últimos minutos.

Hasta el momento no hemos mencionado las jugadas de peligro del Monstruo, porque no las hubo. Hubo que esperar hasta los 85 minutos cuando un tiro libre de Mariano Torres amenazó con seriedad la portería rojiamarilla.

La pega para los florenses es que el peligro que metió en el primer tiempo, tal como la lluvia en el Colleya, se empezó a acabar poco a poco, pese a la cantidad de atacantes en cancha.

El Team murió con las botas puestas, eso se le reconoce y nadie se lo quita; no obstante, es claro que queda ese sinsabor que lo que pintaba como un temporadón, acabó en una amargura.

Tal como le ha pasado a otros, de nada valió el invicto en toda la primera fase, el súper liderato, tener asegurado jugar una gran final, la posibilidad de cerrar todas las series en casa. Es como una receta para el desastre.

Muchos se acordarán del penal de Anthony Contreras en la final de la segunda fase, la ida de la gran final en la que la no hicieron un solo remate a marco, así como arrebatarle al Sapri un invicto de 16 partidos. Todo eso quedará como una simple anécdota

Al final lo único que le interesa a la historia es que el campeonato acabó, como la mayoría en Costa Rica, con Saprissa como campeón.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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