Si Saprissa tenía el dinero para pagar por el caso del jugador Jimmy Marín, ¿por qué pidió una prórroga para cancelar la deuda al Hapoel Be’er Sheva de Israel?
Esa duda la tienen muchos saprissistas, pues el gerente general, Gustavo Chinchilla, había explicado que tenían guardada esa plata y que, incluso, había generado intereses.
La deuda se dio tras la salida de Jimmy Marín al FC Orenburg de Rusia. El caso llegó al TAS, que falló a favor del equipo israelí. La resolución, notificada este año, obligó al Monstruo a pagar más de 227 millones de colones.
Pero las palabras de que todo estaba controlado se nublaron cuando se dio a conocer, este miércoles, que Saprissa pidió una prórroga al 15 de julio, al Hapoel Be’er Sheva, para pagar la deuda.
Entonces, ¿qué pasó?
Chinchilla explicó que, ciertamente, el club tenía la plata de la deuda, pero por un tema de flujo de caja, el dinero se fue gastando.
Es decir, la plata estaba presupuestada, pero surgieron obligaciones imprevistas en el camino que el equipo tibaseño debió atender.
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Para cumplir con esas, el club fue tomando el dinero destinado a la deuda, que además generaba altos intereses. El atraso en la resolución del TAS solo agravó el panorama: el monto adeudado terminó siendo más alto.
Cuando llegó la resolución y Saprissa supo cuánto debía cancelar y cuál era el monto, se dio cuenta que el dinero ya no estaba. Por eso, pidió el tiempo.
“Todos los lunes hago la proyección de flujo con mi gente financiera y sé cuánta plata tengo que gastar y cuánta me va a sobrar en la semana.
“Pero al mismo tiempo, así como tengo el ojo puesto en una semana, también sé si con los ingresos y gasos proyectados para fin de año, voy a necesitar o no plata”, explicó.
En esa proyección del año estaba metido y presupuestado el pago del caso de Jimmy Marín, pero hubo un atraso de seis o siete meses en la notificación de la resolución de TAS. Por eso, el monto adeudado creció.
“En concreto, por la realidad del flujo de caja del Saprissa, yo ya había utilizado esa plata que recibimos hace tres años, no es que la tenía sentada ganando cinco por ciento de intereses, lo que hice fue agarrar esa plata y la pusimos a trabajar porque es uno de esos financiamentos más bajos, pero ahora me toca pagarla”.
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Es como si usted pidiera un préstamo para comprar un carro, pero el auto no está disponible en ese momento y usted empezó a gastar el dinero que le dieron en gastos que le fueron apareciendo.
Cuando el carro está, usted fue por este, pero no tenía el dinero y ahora debe volver a generar el recurso. Eso podría ser con otro préstamo o con ingresos propios.