Saprissa tiene el tricampeonato en el horno mientras espera un rival que le dé pelea

Fácil, fácil, fácil, no hay otra palabra para describir la serie de Saprissa ante el Cartaginés, unas semis que fueron como muchos imaginaron, un paseíto para el bicampeón antes de toparse a un equipo que sí le ofrezca competencia.

El Monstruo ganó 4-0 este sábado para firmar un 6-0 en el global, al final Cartaguito le dio más pelea al comunicador que los jugadores enjacharon que al Sapri.

No hay otra manera de decirlo, fue una serie de un solo color, la S se comió a un iluso rival que creyó que metiendo muchos delanteros y volantes iba a sacar algo y más bien a los dos minutos de juego iba perdiendo con la enésima torta de Kevin Briceño.

Un equipo del peso de Saprissa hasta se frotó las manos cuando vio que el oponente le salió a jugar sin contención, aunque el marcador no se abrió por ese evidente error técnico, sino por como lo decimos, otra pifia del meta.

Un enredo se hizo la zaga blanquiazul junto a Briceño, que salió totalmente precipitado casi fuera del área. apenas y pudo despejar la pecosa con la mano izquierda para dejársela servida a Warren Madrigal, este se la dejó a Jefferson Brenes, quien con el marco vacío definió.

Cualquier intención o ilusión de remontada se fue apenas en los primeros compases en una serie que más bien fue demasiado aburrida por lo superior que es uno sobre otro.

Esos primeros quince minutos fueron un amor para Saprissa, ante un rival que estaba totalmente desbalanceado, con un montón de delanteros, pero que apenas perdía la bola siempre quedaba mal parado al no tener nadie que marcara.

En una de esas cayó el segundo pepino apenas a los 14, Fidel Escobar le ganó la pecosa a Dylan Flores se la puso a Javon a la izquierda y arrancó carrera, East se la devolvió al Pana cuando iba entrando a las afueras del área y le metió un zapatazo para el 2-0, Flores llegó dos días después.

Hubo un desvió de José Gabriel Vargas en el remate que nada más sirvió para dejar a Briceño con los brazos levantados mientras que la pecosa le pasó por la cabeza.

Wrigth se dio cuenta cuando ya tenía la serie liquidada el tortón que se había jalado y apenas a los 20 minutos hizo un cambio, sacó a Jostin Daly por William Quirós para tener a alguien que le marcara en la media.

El atacante blanquiazul ni siquiera se fue a la banca, de inmediato jaló al camerino a cambiarse, seguramente estaba como los diablos que por el error de su entrenador, el sacrificado terminara siendo él.

Con la serie 4-0 a favor, era normal que Saprissa la llevara suave en algunos tramos, ¿qué necesidad tenía de matarse o meter el acelerador? Si Cartago tuvo un poco la bola en el primer tiempo fue porque así se lo dejaron, porque cuando Saprissa quería, hacía lo que quería.

El horrible remate de Marcel Hernández en el primer tiempo, en el que seguramente fue su peor torneo en Costa Rica, la de Marco Ureña cerca del palo, apenas fueron para maquillar un poquito.

Del otro lado, si el árbitro David Gómez hubiera visto el claro contra Javon East, el primer tiempo terminaba con cifras de paliza. Kevin Briceño le metió un manazo en la cara.

El segundo tiempo ni vale la pena entrar mucho en detalle, sirvió para que Ariel Rodríguez pudiera jugar un rato y tome forma de cara a las finales.

El 3-0 fue suyo, al aprovechar un tortón de Aubrey David, Michaell Chirinos le quitó la pecosa, se la puso al Samurai y este definió quitándose a Briceño con facilidad para su gol 11 del torneo y el 4-0 fue de Orlando Sinclair cerrando una jugada bajo el marco.

Pena dio la roja a Jossimar Méndez, una barrida criminal sobre Gerarld Taylor que no podía ser otra cosa. Fiasco de fichaje.

Habrá que ver si los jugadores o los dueños del Cartaginés asumen el peso de sus decisiones, sacar a Paulo Wanchope por Wright fue una pelada ahí están los números para demostrarlo.

De Saprissa, ¿qué más vamos a decir? Cada día da pasos más seguros y certeros hacia un tricampeonato que está a solo dos pasos de conseguirlo, que ya tiene en el horno apenas comérselo con los tamales