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Tica-haitiana cruza los dedos para que gane su amado Saprissa

Yanick Patricia Lescouflair es una morada envenenada y su papá, que es haitiano es antisaprissista

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Patricia Lescouflair es morada envenenada y su papá, Lugder Lescouflair es anti morado. Él fue cónsul honorario de Haití en Costa Rica. Cortesía.

Yanick Patricia Lescouflair es una tica - haitiana que hoy tiene su corazón partido en dos. Lo bueno es que hoy gana o gana.

Esta administradora de empresas se define como una morada envenenada. Lo que más quiere en el mundo es ver a su Sapri querido ganarle hoy ante el Arcahaie de Haití, por la semifinal de la Liga Concacaf, pero tampoco se enojaría si avanza el club caribeño.

Paty, como le llaman sus amigos, es hija de la costarricense Margarita Granados y del haitiano Ludger Lescouflair, quien por 22 años fue cónsul honorario de la República de Haití en el país.

De ahí viene la mezcla de sentimientos de cara a la mejenga del Monstruo, que será a las 4 p.m. en la Cueva.

“La verdad es que estoy entre la espada y la pared. Mi papá es haitiano, tengo familia allá, mis tíos y mis primos y a todos les guardo mucho cariño. Obviamente me gustaría que gane Saprissa, pero si pasa el Arcahie no me disgustaría porque para mí lo principal es que no gane la Liga”, dijo riendo.

Yanick Patricia sabe que el equipo haitiano es relativamente nuevo y por eso le gustaría verlo demostrar qué lo hizo llegar a las semifinales del torneo regional.

“Pero siendo más realista creo que el partido quedará dos a uno, con goles de Bolaños y de Mariano”, afirmó.

Patricia Lescouflair es morada envenenada y su papá, Lugder Lescouflair es anti morado. Él fue cónsul honorario de Haití en Costa Rica. Cortesía.

En apoyo a su hermano

Yanick Patricia tiene 47 años y nos contó que su papá y su tía Marie son antisaprissistas. Por eso cuando era niña se hizo aficionada a la ”S”, para apadrinar a su hermano Ludger, que también es morado.

“Es saprissista desde pequeño y mi papá y mi tía lo vacilaban, entonces me uní a él para apoyarlo y al final me hice más envenenada. Yo discuto más, peleo con la gente de otros equipos, me gusta el picante”.

La desamparadeña no hizo planes para salir a ver la mejenga porque tiene restricción y por la pandemia no quiere hacer mucho loco.

“Me quedaré en la casa y comentaremos el partido por WhatsApp”, añadió.

Yanick Patricia conserva buenos recuerdos del país que le dio la vida a su papá. La última vez que visitó Haití fue poco antes del terremoto del 12 de enero del 2010.

“Cuando puedo converso con algunos primos, uno de ellos también es morado. Él estudió acá y le gustó mucho el equipo.

“Lamentablemente, creo que luego del terremoto la situación no mejoró en lo más mínimo, más bien cada día el país está peor. Mi familia tiene poco acceso a las redes sociales por los problemas de conectividad y siguen los problemas con el agua y la electricidad”, aseguró.

La moradísima tiene otro hermano, Emmanuel, que también va con la “S”, solo que a diferencia de ella es más reservado cuando habla del club de sus amores.

“Él tiene su cuarto pintado de morado, compra cuanto artículo sale de Saprissa. Un día le dijo a mi mamá que todos los días quería vestirse de Saprissa, pero ella no lo deja”, comentó.

Patricia Lescouflair es morada envenenada y su papá, Lugder Lescouflair es anti morado. Él fue cónsul honorario de Haití en Costa Rica. Cortesía.

Cuidadoso

Don Ludger Escouflair, el papá de Yanick Patricia, cuenta que gracias a su familia conoce un poco del club que se enfrentará hoy al Sapri.

“Mi familia allá me habló del partido, un sobrino me contó del equipo, cuando le ganó al Forge de Canadá y al Waterhouse de Jamaica. Ahorita no sé bien cómo se juega el fútbol el equipo en Haití, pero creo que el equipo tiene mérito”, dijo.

Don Ludger, quien fue cónsul honorario de la República de Haití en el país, añadió que verá el partido más que todo para conversar con sus hijos y para molestarlos en caso de que la “S” quede eliminada.

“No quiero pecar diciendo un marcador y, la verdad, espero que gane el mejor en el sentido de que no haya un mal arbitraje, ni problemas en la cancha”, dijo.

Él es médico de profesión y conoció a su esposa Margarita cuando ambos estudiaban Medicina en Bulgaria.

Don Ludgier llegó a Tiquicia el 24 de diciembre de 1973 junto a su esposa y con Yanick Patricia en brazos. Por muchos años trabajó como doctor en Puntarenas y era aficionado al Municipal Puntarenas.

“En mis tiempos mozos jugué como mediocentro en Haití. Soy de Puerto Príncipe, la capital, y mis abuelos eran del sur del país.

“Hace cinco años visité Haití por última vez. Extraño las montañas y la espiritualidad que hay. Allá conservo amigos, hermanos, primos y sobrinos”, detalló.

Yenci Aguilar Arroyo

Yenci Aguilar Arroyo

Periodista egresada de la Universidad Latina. Escribe sobre temas nacionales. Tiene experiencia en comunicación estratégica y organizacional.

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