Cartaginés volvió a tropezar con la misma piedra, este sábado ante Puntaranas FC, un partido que tenía ganado lo empató con un penal torpe a los 94 minutos con el que dejó ir dos puntos y la opción de ser segundo lugar
Los brumosos pueden quejarse de la cancha, de los camerinos del Lito Pérez, que les pitaron un penal que el VAR duró un minuto en resolver (el cual fue muy claro), pueden decir muchas cosas, pero también tienen que reconocer que no pueden dejar ir así, partidos que tenían ganados.
Ante Guadalupe FC el miércoles en el Fello Meza fue lo mismo y esa no perdieron solo porque en esa ocasión los josefinos fallaron el penal que les sancionaron en reposición.
Estos puntos que van dejando poco a poco son los que al final de la primera fase tanto duelen, porque no es solo lo que se pierde, sino el margen que dan a otros, como a un Herediano que sonríe con cada unidad que dejan ir los equipos que tiene arriba.
A lo largo de todo el partido, los visitantes son los que tuvieron las mejores opciones, desde el primer tiempo, Claudio Montero mandó una al palo, luego de taparon otro a Marco Ureña.
Eran momentos en los que se veían tranquilos los brumosos, terminaron la etapa inicial sin aspavientos y no tardaron mucho en abrir el marcador el plan iba a pedir de bocas.
A los 60 minutos, Suhander Zúñiga le puso una por la derecha a Ureña que le marcó el pase con el brazo, la recibió, entró al área, la ganó con fuerza y definió al primer palo de Adonis Pineda que le regaló un buen espacio para que pasara el balón.
Todo estaba muy tranquilo, sin embargo, apareció la otra cara blanquiazul que es la que a veces preocupa, la que da espacio a que los rivales crezcan y darles el manejo de las cosas, cambiando la paz por tensión absolutamente innecesaria.
En los últimos quince minutos, los centenarios jugaron con fuego, o más bien con tiburones y el Puerto pasó a tomar por completo el control y lo que no había hecho en todo el partido, ahora entraba como si nada.
La primera advertencia fue una de Wilber Rentería, con un par de recortes se puso al frente al área, la pegó al primer palo y por poco se fue desviada, un susto tremendo.
Pasó que el asunto no se quedó en un susto, sino en una rayería, una metralla por las bandas, por el centro, por todo lado estaba entrando el Puerto. Pegaba pases y centros al área que nadie cerraba, de esos que solo encontrar una pierna terminan al fondo.
Rentería pegó otra que Briceño le tapó con un gran achique, era como si viviéramos otros juego totalmente diferente, desconocido y no había mucha reacción tampoco.
Y tanto fue el agua al cántaro hasta que se rompió y justo al final, el penal de Diego Mesén en la pura esquina del área dio todo al traste. Originalmente Juan Gabriel Calderón pitó la falta afuera pero el VAR lo mandó a rectificar y marcar el punto fatídico.
Cartaginés tiene que aprender a ser partidos completos, cuidarlos hasta el final, no sentirse con todo ganado tan antes, sino va a seguir tropezando con la misma piedra una y otra vez.