Randy Ramírez cumplirá, al iniciarse el Apertura 2025, el sueño de debutar en la primera división tras ser contratado por el Municipal Liberia, una oportunidad que le llega luego de pulsearla bastante y hasta vivir una experiencia de vida muy dura que lo marcó.

Hace menos de un año, al muchacho de 21 años se le abrieron las puertas del fútbol internacional al ser contratado por el club Maccabi Jaffa, de la segunda división de Israel, chance que aceptó tras analizarlo con su agente y su familia, según dijo a La Teja.

Todo iba “puras tejas” las primeras semanas, pero la calma se rompió dos meses después de su arribo. Se vio envuelto en un conflicto armado entre Israel e Irán. Quedó en el medio de una guerra donde las bombas estallaban peligrosamente cerca.

Randy recuerda de forma muy vívida, ver una explosión que se dio a pocos metros de su casa, a solo diez minutos del lugar al que iba con frecuencia. Hubiese salido antes y no habría contado el cuento.

“Me tomaba diez minutos ir caminando al mall, era como un kilómetro, por ahí. La bomba que vi caer más cerca fue justo ahí, en el puro mall, el lugar donde iba a comprar y a pasarla bien. Fue muy impactante ver eso”, comentó.

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Ramírez, ahora, ve las noticias de lo que sucede en esa región del mundo y se le pone la piel de gallina, pues se le vienen a la mente los terroríficos momentos de tener que suspender un partido o un entrenamiento para irse a meter a un búnker por salvaguardar la vida de los misiles que caían.

Hubo un día en particular en que se dio cuenta de la cruda realidad de su situación, una a la que difícilmente podría acostumbrarse.

“Yo siempre escuchaba alarmas de ambulancia, sirenas, todo normal, pero un día escuché una sirena muy fuerte, como si viniera un tsunami y me asomé por la ventaba y veo los bombazos y todo lo que estaba sucediendo”, manifestó, mientras su cara palidecía.

Lo peor de todo, es que estas alarmas se hicieron cada vez más comunes. “Sonaban a cual hora del día, en las noches, a cualquier hora se daban. Ahora al ver noticias y lo fea que está la cosa, me recuerda todo lo que viví, cuando estaba ahí metido en el búnker. Recuerdo que también el departamento se hacía para todo lado, de los bombazos. Fue una experiencia bastante loca la verdad”, recordó.

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Para resguardarse en su apartamento se metía en el cuarto de lavado, el cual cuando llegó le pareció muy raro que tuviera tanto nivel de seguridad hasta que a las semanas se dio cuenta qué era también un búnker.

“La primera vez que yo llegué, yo me extrañé mucho de ver esa puerta en el cuarto, ver ese color, que las paredes eran super duras, estaba totalmente cerrado. Yo me metía ahí a lavar ropa sin saber qué era ese lugar”, destacó.

Israel armado

Un detalle que la gente no ve en las noticias, asegura, es la enorme cantidad de personas armadas, incluso con rifles o armas de grueso calibre.

“Ahí la gente tiene permiso de andar metralletas, yo iba al mall, a las playas, o andaba caminando solo por ahí y la gente civil tenía una metralleta como si nada. Para mí los primeros días fue impactante, les preguntaba qué sentían o porqué andaban así. Después uno se da cuenta todo lo que sucede”.

“Yo en Costa Rica veía a los policías con una arma pequeñita, la que todos andan en la cintura, solo los policías, usted no ve a un civil armado por la calle, en cambio allá una persona de 18 años para arriba usted lo ve con una ametralladora al hombro, ellos se preparan para ir a la guerra en todo momento. Yo tenía compañeros que luego de los entrenamientos se iban de una vez para el ejército”, recordó.

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Randy estuvo atrapado por algunas semanas en el país y pues ante los ataques cerraron el aeropuerto por 22 días y no tenía como salir, ahí fue cuando habló con su agente y su familia porque tenía que irse cuanto antes.

Apenas abrieron las fronteras, habló con el equipo y se devolvió a Tiquicia.

“Cuando puede regresar hasta respiré hondo, fue una sensación muy bonita poder estar con mi familia otra vez, estar a salvo y lejos de esos peligros, porque usted nunca sabe qué le puede pasar en un sitio así”, agregó.

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Al regresar, Ramírez se vinculó a Fútbol Consultants, equipo con el que disputó la gran final de la Liga de Ascenso ante Guadalupe FC, la cual perdieron, pero en su caso las puertas de la primera división se abrieron al ser contratado por Liberia.

Ahora de la mano del técnico José Saturnino Cardozo, este talentoso extremo que tiene como gran ídolo al brasileño Neymar, a quien hasta le copiaba los peinados, buscará destacar en su primera oportunidad en el fútbol tico.

Randy es del barrio El Jas de Paraíso, de Cartago, muy cerca de Turrialba, por lo que desde chamaco la ha tenido que pulsear para viajar en buses para poder ir a entrenar con la academia de Consultants con la que ha pasado casi toda su vida.