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Un chuzo con cuerpo de vocho y galillo de tráiler

Volswagen 1961 es toda una caja de sorpresas

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Giovanny Chacón, un vecino de Santo Domingo de Heredia y fiebre de los Volkswagen, ha impresionado y le ha metido un buen susto a más de uno con su vochito modelo 1961, ya que este tiene un secreto que nadie se imaginaría.

Más de una vez en carretera, en una presa o cuando alguien se le mete a la brava, tiene que tocar el pito y los demás conductores se quedan asustados porque suena tan fuerte que parece un tráiler y lo que ven es un pequeño vocho.

(Video) Vocho sorprende a más de uno por su singular y potente pitoreta.

En otros casos, algunos han pensado que es un tren que se acerca. Incluso, hasta sus amigos del Vocho Club Costa Rica se han ido en todas y quedan impresionados cuando lo escucharon por primera vez. Por eso decimos que es un carro con cuerpo de vocho y galillo de trailer

“Pito y la gente se queda buscando el tráiler o pensando por dónde viene el camión, se sorprenden de escuchar que un vocho tenga un pito así”, nos dijo riéndose.

Y es que este chuzo es toda una caja de sorpresas, además de estar como un ajito y tener un pito de camión, es como un camaleón y se transforma para cada ocasión.

“En diciembre, cuando se hacen festivales navideños, le ponemos luces led en los bordes para iluminarlo por completo, le hemos llegado a poner 1400 luces. Además le mandamos a hacer unos ojos (felices y enojados) para cuando lo llevamos a exhibiciones, eso le gusta mucho a los chiquillos. También tiene un carrito pequeñito a escala que es igual y que lo andamos con el vocho”.

“Además de los ojos, tiene una lengua, bancos con el símbolo de Volskwagen que los usamos cuando vamos a actividades. Y, como tiene muy poco campo, le hicimos una canasta para poder llevar la hielera y bastantes cosas”, explicó el orgulloso dueño de 44 años.

La mayoría de cosas en esta nave son sorprendentes, un calificativo que también aplica a la forma en que Chacón lo consiguió en un insólito negocio con un señor de San Roque de Barva.

“El esposo de mi hermana me dijo que estaban vendiendo uno porque el dueño no quería el carro, nos fuimos a verlo y el señor estaba muy ahuevado del vocho, lo tenía en un galerón metido sin usarlo.

“Para él, el carro no servía y solo pedía que le dieran algo y yo lo único que le podía ofrecer eran ¢115 mil y un televisor. Nos gastamos los ahorros que teníamos y nos quedamos con un solo tele, pero nos hicimos del vocho. Nadie nos cree esa historia”, contó.

El carrito, además, fue conquistando a la familia. Doña Patricia Bolaños, la esposa de Giovanny, al principio no quería el carro, porque no se imaginaba lo que podía llegar a ser, pero con el paso del tiempo se ganó el corazón de ella, de sus dos hijos y hasta de su nuera, ahora viajan a todos lados en él.

“Viera como me preguntan que en cuánto lo vendo o me ofrecen negocios, pero Dios libre, no lo puedo vender, me echan de la casa si hago eso, es un carro de la familia. En él trajimos del hospital (de Heredia) a la casa a mi hijo menor (Jefferson, de once años) cuando nació, es un miembro más” aseguró.

Para terminar el cuento, la fama de este chuzo ha sido tal que no solo lo paran constantemente en la calle para verlo (tráficos incluidos) sino que hasta apareció en la lotería del 8 de enero del 2012, en ese entonces estaba pintado color verde. O sea, a donde quiera que va, llama la atención.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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