Saprissa logró clasificar a semifinales con 29 puntos con un partido contra Santos donde mostró dos caras, la de la inicial donde no tuvo oponente al frente y un complemento donde debió defenderse con garra, ante el crecimiento de los visitantes.

Santos creyó que el juego de este domingo, en la Cueva del Monstruo, era un partido contra aquel Saprissa frágil, que aún no había recibido amenazas de su presidente Juan Carlos Rojas de que se están jugando contratos.

Los santistas parecen olvidar que a Saprissa no se le subestima nunca. Menos cuando viene en alzada, menos cuando el orgullo quedó en el suelo después de un vergonzoso 5 a 0 en el clásico ante Alajuelense. Pero regalaron 45 minutos y lo pagaron caro.

El Monstruo matemáticamente no está clasificado, pero solo un desastre lo sacaría de las semis, tendría que caer goleado 5-0 en San Carlos.

El Monstruo apabulló en la inicial a un Santos sin alma, que ni puso las manos y fue arrollado de principio a fin por los dirigidos por Mauricio Wright que los superaron con un claro 3 a 0, que pudieron ser más.

Con Jimmy Marín inspirado, como aquel que vimos con el Team, pícaro, encarador, incontrolable, un Christian Bolaños que parece iniciar una rachita de goles, un Daniel Colindres que da signos de volver por sus fueros y una defensa aplomada como pocas veces, Saprissa prácticamente selló su clasificación en ese período.

En esa inicial, Santos se equivocó en todo, en el planteamiento, en zona defensiva, pues le entraron por todo lado, en el medio campo, incapaz de contener a la maquinaria morada y en la ofensiva porque cuando lograron subir hicieron poco.

27 minutos

Nadie se esperaba que Saprissa llevara tres goles en 27 minutos, ni el más morado de los morados.

Apenas al 12, Mariano Torres cobró un tiro libre por abajo, con veneno y Bolaños la pegó de taquito. Douglas Forvis reaccionó bien, pero le metió mal el cuerpo y la bola se le coló al fondo de las redes. Como dicen los fiebres, “se la comió”.

Con el pepino, Santos no modificó nada. Dejó crecer a Saprissa. Lo dejó tocar, lo dejó subir por las bandas, lo dejó meter pelotazos, lo dejó rematar. Era inminente un segundo gol.

Llegó al 19, luego de 22 pases saprissistas, un pelotazo larguísimo de Esteban Espíndola a Colindres, una corrida de este a la línea de fondo y un centro hacia atrás, donde llegaron Jimmy Marín y Orlando Sinclair, solos. La tocó Jimmy para el 2 a 0.

Al 27, Sapri tocó a gusto, sin rival que se opusiera. Ricardo Blanco con Sinclair, Sinclair con Jonathan Martínez, Martínez con Marín y Marín con la red, ante la salida impotente de Forvis, 3-0.

Allí, ya se sabía que Saprissa estaba clasificando y que si Santos no recomponía se llevaba una paliza de padre y madre.

No alcanzó

Santos se puso serio en el complemento. Recompuso. Apretó clavijas y sometió a Saprissa, lo hizo sufrir a su estilo aunque el marcador era muy amplio.

Con tres adentro, la reacción fue tardía, pero al menos vimos a ese Santos punzante, luchador, incisivo, peligroso y además, sirvió para observar al otro Saprissa, el de la faceta defensiva.

Roy Miller tuvo una en el área y Bryan López tuvo otra, pero la defensa morada y Aarón Cruz se comportaron a la altura para despejar cualquier peligro en los primeros diez minutos del complemento.

Pero Santos apretó a esa zaga morada conforme pasaban los minutos.. y hubo resquebrajos. La defensa sigue siendo desbordable. Con el cubano Luis Paradela en el terreno y una actitud agresiva y ofensiva, Santos merodeaba el área y el cubano encontró a Kenny Cunningham al 55 para poner el 3 a 1.

Fue un centro dentro del área, por el costado derecho, al segundo palo, Cunningham ganó a Ricardo Blanco y la mandó al otro lado de donde estaba Cruz, a contrapie para descontar.

¿Por qué el Santos no jugó así desde el inicio? No lo sabemos, probablemente el técnico Erick Rodríguez tampoco, pero el complemento parecía un partido más lógico, más acorde a lo que ha sido el torneo.

Lo cierto es que Santos tuvo el segundo en pies de Jossimar Méndez, luego de un contragolpe comandando por Osvaldo Rodríguez. Pero Jossimar le pegó la pelota en los pies a Cruz.

En el 75, entre López y el Juan Diego “el Chino” Madrigal se llevaron a la defensa morada por el sector derecho, López centró a Paradela, pero un defensor metió el botín antes. La “S” sufría ante el crecimiento santista.

López tiraba, Osvaldo se puso el overol, Cunningham luchó todas, pero el marcador no se movería más y el golpe en la mesa fue del Monstruo a Santos. Nos vemos en semifinales, parece que le dijo.