Francis Palmer combina su vida entre el taxi que le da el sustento diario y la arena donde se convirtió en el rompe redes de moda del torneo de Clausura de la primera división del fútbol playa.
El futbolista, oriundo de Limón y a quien apodan "Finchis", es toda una revelación en dicho campeonato ya que cada pelota en sus pies es como una bala de cañón que dispara directamente a las redes. Prueba de ello es que es el goleador del certamen con 12 anotaciones, delante de William León de Punta Leona con 11 y Eddi Jiménez de Valencia con 10.
Palmer, quien juega en el cuadro de Limón Yunis, lo da todo en el terreno de juego y cuando está fuera maneja su taxi por la provincia caribeña.
“Soy de las personas que la pulsean, manejo un taxi, hay días buenos y días malos, gracias a Dios brindo un buen servicio y uno se va haciendo clientela. Hay que llevar el pan de cada día a la familia, tengo dos niñas y mi pareja”, indicó.
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De niño fue portero, pero el destino le cambió el puesto cuando lo llevaron a jugar futsal y lo colocaron de atacante, es decir, pasó de evitar los goles a marcarlos.
“De chico fui portero, anduve en Brujas, la Liga, Limón, no me fue mal. Luego un amigo necesitaba que jugara en un equipo de futsal para Juegos Nacionales, lo hice y me fue bien. De ahí salté a Limón en fútbol 11, pero no pasé de ahí”, recordó Palmer, de 26 años de edad.
En el camerino de Yunis Limón lo vacilan porque calza 47, eso genera risas entre sus compañeros, pero no tanto en los rivales porque los leñazos que mete con ese pie no los hace cualquiera. Además, cuando el portero se lesiona o lo expulsan y no hay otro, él cubre el marco.
“Estuve una temporada en Limón FC, pero solo pasé en banca, ni siquiera debuté. Luego me invitaron a jugar fútbol playa, he tenido paciencia, perseverancia y regularidad, lo que me permite estar recogiendo los frutos en el goleo y espero seguir así”, destacó Finchis.
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El muchacho se considera una persona luchadora, que no se arruga por los malos momentos, siempre piensa en su familia cada vez que anota y le agradece a Dios por cada oportunidad. Su reto es grupal, quiere que Limón vuelva al título.
“El objetivo es quedar campeones, volver a levantar el trofeo, pensamos como equipo, si al final de temporada se da el goleo bienvenido sea”, indicó.
En su familia todos adoran el fútbol, la única persona que optó por otro deporte fue su padre Ricardo Palmer, quien en el pasado destacó como gran boxeador y hasta fue seleccionado nacional.