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Gary Manzanida Vargas, un ingeniero informático de 38 años es la muestra que una moto puede ser algo más un hobbie o una pasión, sino la llave para crear toda una comunidad para mostrarles a otros todo lo que Costa Rica tiene por ofrecer
Este fiebrazo de las motos ha usado a su fiel compañera como el vehículo para conocer muchos rincones y rutas poco conocidas de Tiquicia y así darlas a conocer a cualquier otro que como él, tenga alma de aventurero.
Para este vecino de Tres Ríos, en el cantón de La Unión todo esta aventura se da por contar con esta bicha, la que le ha permitido meterse en valles, montañas, trillos, ríos o el camino que sea que se le ponga enfrente al cual no le demuestra miedo alguno.
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“La moto es una Yamaha Teneré 700, es una moto como de aventura, de doble propósito, la idea de la adquisición fue para conocer Costa Rica tanto por dentro como fuera del asfalto y rutas que pocos conocen. Llevo más de tres años haciendo rutas y documentándolas , para que la gente la pueda hacer y conozca un poco más del país con otra visión, paisajes, miradores, lugares o pueblitos muy alejados”.
“Luego el objetivo es conectar todas esas rutas, entre una y otra, que la gente sepa por donde andar, que se motive, pueda conocer más Costa Rica y al mismo tiempo disfrutar de las motos, es como aprovechar diferentes pasiones en una sola con la que uní el andar en moto, tecnología, aventura y conocer nuevos lugares y amigos”, explicó.
Para documentar todas sus rutas, este fiebrazo tiene un canal en YouTube y TikTok llamado GaryManCR, en el que se puede encontrar todo el material que produce, que ya llegó a más de cien rutas.
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“Yo andaba mucho en asfalto, pero me aburrí, porque eso es muy monótono, pero en rutas off road, usted puede hacer una misma ruta un mes después y la misma naturaleza con las lluvias u otras cosas puede cambiar eso, es una manera más de disfrutar de la moto y la elegí más que todo por eso, es multiuso, sé que la puedo preparar para andar largo en rutas y conectarlas con otras que están hasta en mal estado”, detalló.
Antes Gary tenía una moto más grande y pesada, la cual vendió para comprarse esta, que se le adecuaba perfectamente a lo que quería, por lo que aunque no la consiguió nueva, se siente más que feliz con ella.
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“Es una moto muy singular, no es solo agarrarla y ya, tuve que prácticamente aprender a manejarla, desarrollar técnicas hasta para caerse porque a veces uno se encuentra barro y hay que saber andar en barro, subir una cuesta muy empinada, saber cuál es llanta adecuada para ese tipo de caminos, tuve que llevar cursos para aprender a manejar un poquito mejor, pero sí me ayudó bastante”
“Son técnicas muy diferentes, mucha gente a veces ven videos y creen que es fácil, pero no miden muchas cosas como la temperatura, el tipo de terreno en el que no frenás igual, hay muchas variantes muy diferentes a andar en asfalto”, destacó.
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Cada mes Gary va conociendo más rutas con su Yahama, demostrando que Costa Rica tiene más caminos y bellezas que muchos ni se imaginan.
