La repentina muerte del preparador de porteros de Guadalupe, Anthony Vargas, fue un duro golpe para su familia y amigos. Sin embargo, en medio del dolor por su partida, quienes lo conocieron recalcaron una lección de vida que les dejó el exarquero.
Vargas, quien en su carrera como guardameta jugó para Belén, falleció el lunes anterior, a los 29 años, minutos antes de iniciar el entrenamiento con Guada y sus funerales se llevaron a cabo este miércoles, en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en Heredia.
Sus seres queridos y el equipo de Guadalupe dijeron presente en el último adiós de Tony, como era llamado con cariño. La misa se inició a las 10 de la mañana y antes de empezar el oficio religioso, el féretro de Anthony fue decorado con una bandera del cuadro josefino.
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El arquero de Guadalupe, Alejandro Barrientos, llegó a la misa muy conmovido, por todo el tiempo que compartieron juntos.
“Ese día lo vi antes del entreno, conversamos un poco de lo que íbamos a hacer, pero todo sucedió muy rápido, aún no lo podemos creer.
“Teníamos un lindo grupo con Luis Torres (que ahorita juega para Sporting) y Jorge Jara; entre nosotros había una competencia muy sana y el lunes nos encontramos antes del entrenamiento y me dijo que había que realizar la pretemporada como se debía. Siempre trató de hacernos crecer como arqueros”, afirmó.
Consentido
Anthony era el menor de dos hermanos; el mayor se llama Kenneth, quien le lleva seis años, contó que días antes de su fallecimiento, Vargas se mostraba feliz y compartiendo con él y con sus papás, Sergio y Jeannette.
“Él no era de expresar mucho, siempre se veía feliz, no nos dijo si tenía alguna molestia, no sospechábamos nada. En Guadalupe nos comentaron que él fue a la pulpería a buscar una pastilla, porque se sentía mal.
“No solamente se nos adelantó un gran amigo, una gran persona, un ejemplo a seguir y me llevo los grandes recuerdos, ahora está a la par de Dios”.
— Géiner Segura, técnico.
“Nosotros vivíamos juntos y el domingo la pasamos bien. El lunes ambos nos alistamos para ir a nuestros trabajos y él estuvo como si nada, nunca fue de expresar si se sentía mal. Si tuvo algún malestar no lo dijo para no preocuparnos, porque no le gustaba. Cuando le dijeron que no podía seguir jugando, no quiso que tuvieran lástima de él”, afirmó.
29 años tenía el exportero.
Kenneth aseguró que más allá de la tristeza, por su mente pasan los recuerdos de los momentos que compartieron juntos.
“Mi recuerdo era verlo pequeño; él soñaba mucho, jugábamos él de portero y yo haciendo los tiros. Él sentía mucha admiración de mí y es recíproco porque él era mis ojos y sé que en la familia lo quieren mucho”, recordó.
Elizabeth Acuña, una de las tías políticas del exfutbolista, recordó lo apasionado que era Anthony por el fútbol.
“Era un gran ser humano, con un corazón generoso, era un primo muy amable, un sobrino increíble, un consentido y que también consentía. Era una persona especial y no lo digo porque no esté físicamente, porque siempre estará en nuestros corazones.
“A él le gustaba que su mamá lo chineara con sus comidas. Cuando él se levantaba para ir a trabajar, ella siempre le preparaba su desayuno y él siempre esperaba esa atención de su madre y que le diera su bendición. Le gustaba reunirse con sus primos, era un muchacho sano, por su condición se cuidaba mucho”, afirmó.
Vivir la vida al límite
El jugador Néstor Monge rescató las ganas de vivir de Anthony.
“Al final lo que uno ve es la persona y le dije a sus papás que criaron a una persona con un gran corazón, una persona que siempre estaba para apoyar, llena de positivismo. Vivió su vida al límite, siempre quiso estar ligado al fútbol y la vida es eso, un ratito y debemos ser felices.
“Anthony nos enseñó que hasta el último día debemos hacer lo que nos apasiona. Era una persona apasionada, un tiempo lo enfrenté y luego compartí con él como persona, hasta hace 8 meses. Siempre nos quedábamos un rato hablando acerca del fútbol y transmitía paz y felicidad”, expresó.
El volante se mostró dolido por la inesperada forma en la que partió el exjugador, pero insistió en que se lleva los buenos momentos que compartieron y desde el lugar en el que esté, Vargas será un motivo para seguir adelante en el club.
“Tenemos una razón más para seguir luchando”, dijo el experimentado futbolista.
Géiner Segura, exentrenador de Guadalupe, recordó que hace unos días, Anthony le ayudó a uno de sus hijos.
“Mi hijo tenía una tarea de música y necesitábamos comprar una guitarra y conversamos por video llamada y él le ayudó a escoger su guitarra. Uno se queda con eso, con su calidad humana, que siempre expresaba lo que sentía, su pasión por la música, por componer y hablar de él es recordar a un gran muchacho, un luchador”, contó.