El fútbol está lleno de rituales y cábalas de los jugadores, pero la extraña manía del portero suizo Roman Bürki, del Borussia Dortmund alemán, causa mucha gracia, al punto que el equipo teutón compartió un video de eso en el Twitter.
Roman acostumbra tomar el balón que usarán durante la mejenga, previo a cada partido.
Es por eso que con tal de llevarse la pecosa, el jugador de 27 años hace lo que sea necesario: a veces se la pide a los niños que acompañan a los capitanes y al árbitro antes del saque inicial.
Otras veces pide el balón a los mismos árbitros o a los jugadores en plena rifa de la cancha.
Y en algunas ocasiones simplemente "la roba", como el propio Borussia Dortmund lo mostró en el curioso video que publicaron.
😂 @RBuerki1 und sein Ritual vor jedem Spiel - einfach überragend! Mehr von unserem Keeper gibt's übrigens morgen Früh im Feiertagsmagazin! pic.twitter.com/Cb2ZNW3LqF
— Borussia Dortmund (@BVB) September 28, 2017
Incluso su compañero de equipo, el defensa griego Sokratis Papastathopoulos lo regañó una vez, pero eso no impidió que Bürki se saliera con la suya.
El Borussia Dortmund se tomó la extraña manía con humor, señalando en su cuenta de Twitter que se trata de "un ritual antes de cada juego simplemente excepcional".
Roman no ha dado una explicación por su inusual ritual previo a cada partido, pero compartió el video que hizo su equipo.
Otras manías de jugadores
El francés Fabien Barthez tenía uno de los rituales más conocidos en el fútbol: su compañero Lauren Blanc le besaba su cabeza antes de cada partido en el Mundial Francia 1998.
Mientras el inglés John Terry confesó que durante 10 años utilizó el mismo orinal del estadio Stamford Bridge del Chelsea, antes de cada partido, pero también acostumbraba escuchar música del estadounidense Usher, parquear en el mismo sitio, sentarse en el mismo lugar en el autobús y utilizar la mismas espinilleras.
Otro raro ritual era el de su compatriota David James, quien acostumbraba escupir en las paredes del baño.
El rumano Adrian Mutu fue conocido por poner algunas hojas de albahaca en sus medias antes de los partidos, pero también lo fue por su encuentro con un grupo de brujas.
Al marfileño Kolo Touré le gusta ser el último jugador en entrar en el campo y es capaz de hacer cualquier cosa por lograrlo.