El Novelón

Asesino serial trató de engañar al OIJ dos veces para que otros pagaran por sus crímenes

Hilario López fue señalado por el OIJ como un asesino serial que cometía sus crímenes en fechas especiales para él

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En dos ocasiones Hilario López Rojas trató de hacerle creer al OIJ que él no era el asesino serial que buscaban, pues se esforzó por desviar la atención de los investigadores hacia dos hombres inocentes, de manera que fueran estos quienes pagaran por sus crímenes.

Al final el malévolo plan no rindió los resultados que esperaba, pues los agentes descubrieron ambos engaños y determinaron que fue él quien acabó con las vidas de Anacedy Salazar Carrillo, de 35 años, e Isamar Córdoba Ramírez, de 26 años, en el 2017.

López, quien es considerado por la Policía Judicial como el asesino serial más reciente en la historia del país, no pudo escapar del castigo de la justicia y en octubre del 2018 fue condenado a 90 años de cárcel por ambos homicidios.

Uno de los agentes que participó en este caso, y quien pidió que su nombre no fuera publicado, contó cómo lograron detener al llamado asesino serial de Parrita, que se caracterizó por atacar en fechas especiales para él.

Homicidio en la playa

El caso contra este asesino serial inició el 15 de febrero del 2017, cuando en la playa Marisol de Parrita se dio el hallazgo del cuerpo de Anacedy Salazar, el cual presentaba múltiples heridas causadas con un puñal.

“Ella era vecina de Pueblo Nuevo de Parrita y el 14 de febrero (Día de los Enamorados), al parecer, ella le dijo a un grupo de amigos que iba a salir en la noche y que después se reuniría con ellos en un restaurante, pero eso no sucedió”, contó el agente.

Según el investigador, esa noche los amigos de Anacedy trataron de contactarla, pero no lo lograron, fue hasta las 9 p.m. que su hija recibió unos mensajes desde el celular de su mamá, pero de inmediato supo que no era ella, pues le estaban pidiendo fotos de sus partes íntimas.

“Obviamente ella dijo que no y puso a esa persona en contacto con su tía (hermana de la víctima), entonces la hermana le empezó a preguntar datos muy exactos, pero no le quisieron responder”, contó el agente.

Una situación muy similar ocurrió con una amiga de Anacedy, quien también recibió unos mensajes de texto esa noche.

“Le escribió que estaba con el exmarido en la playa, la amiga también sintió como que no era ella la que estaba escribiendo y trató de preguntarle cosas que solo ella sabía, pero no le contestó más”.

Señalaba a exesposo

El investigador recordó que el día en el que se dio el hallazgo del cuerpo de Salazar ocurrió una situación que les llamó mucho la atención, pues también tenía que ver con su exesposo.

“Un sujeto llamó al restaurante en el que trabajaba la víctima y habló con su hermana, que también trabajaba ahí, le dijo que se llamaba Jason y que el 14 de febrero iba a salir con Anacedy, pero no pudo porque esta le dijo que iba a verse con el exmarido”.

Debido al mensaje que recibió la amiga de Anacedy y la llamada al restaurante, a los agentes no les quedó más que investigar a su expareja, descubriendo que este no podía ser el asesino, pues la noche del crimen él se encontraba en otro lugar muy lejos de Parrita.

“Ahí descubrimos que el sujeto envió los mensajes y que hizo la llamada tratando de desviar la investigación”, añadió.

El caso de Anacedy fue muy complicado, pues los agentes prácticamente no tenían pistas ni testigos, además de que no lograron determinar en ese momento quién era el sujeto que trató de engañarlos.

Segundo homicidio

Casi cuatro meses después del homicidio de Anacedy, el OIJ de Parrita tuvo que hacerle frente a un nuevo caso, el 12 de mayo el cuerpo de la modelo Isamar Córdoba fue encontrado en una propiedad en Barbudal de Parrita, cerca del hangar de un aeropuerto. Al igual que Salazar presentaba múltiples puñaladas.

El investigador dijo que para ese momento aún no sabían la identidad de Isamar, pues lo único que encontraron en la escena fue un tiquete de bus que decía que había salido de San José ese mismo día.

“Ella tenía una serie de tatuajes por lo que empezamos a contactar a varios tatuadores de San José y uno de ellos confirmó que él había hecho uno de los tatuajes y nos dio el nombre de Isamar”.

“Descubrimos que Isamar se dedicaba a realizar shows privados, por lo que contactamos a familiares y gente con la que ella trabajaba, pero al igual que en el primer caso no sabían hacia dónde iba o con quién”,

—  dijo el investigador.

A diferencia del caso de Anacedy, en esta ocasión los investigadores sí encontraron testigos, quienes contaron que vieron a la modelo ingresar a ese lugar junto a un sujeto en motocicleta, pero lo que más les llamó la atención es que luego vieron que el hombre se fue solo.

“Logramos recolectar algunas características de la moto y del sospechoso, nos dijeron que la moto tenía el tanque redondo, y que atrás tenía unas mancuernas para que se agarrara el acompañante. Además recolectamos una huella de la llanta”.

Poco después los agentes también lograron identificar un número telefónico del que Isamar recibió varias llamadas ese día, este pertenecía a una mujer, la cual al ser entrevistada dijo que ella no usaba esa línea, señalando que ese número era de su pareja, Hilario López Rojas.

Un nuevo engaño

Cuando los agentes se disponían a buscar a López para interrogarlo el caso dio un nuevo giro, pues descubrieron que alguien estaba utilizando el celular que le fue robado a Anacedy Salazar.

“Lo estaba usando un nicaragüense que curiosamente vivía a la par del aeropuerto cerca de donde ocurrió el segundo el homicidio, entonces imagínese como fue para nosotros, porque estaba usando el celular de la primera víctima y además vivía a la par del hangar, pensamos que él tenía que ver con ambos hechos”, recordó el investigador.

Los agentes tuvieron que dejar el rastro de López para investigar esta situación, pero rápidamente se dieron cuenta de que se trataba de un nuevo engaño para desviar la investigación.

“Con lo que no contó el asesino es que el nicaragüense salió del país antes del segundo homicidio, nosotros rastreamos a ese señor hasta que llegó a Nicaragua y efectivamente salió del país y no regresó más”, contó el investigador.

“El asesino fue muy inteligente, pues le dio el celular de Anacedy a una persona que vivía a la par del aeropuerto (cerca de la escena del segundo homicidio), para que nosotros pensáramos que él era el sospechoso”.

—  dijo el investigador.

Descubierto en bautizo

Tras superar el nuevo engaño los agentes fueron a buscar a López y lo encontraron junto a varios familiares dentro de una iglesia ubicada en Pueblo Nuevo de Parrita.

“Lo entrevistamos en una iglesia porque estaba por bautizar a un hijo, obviamente nos dijo que no tenía nada que ver con los dos homicidios.

“Cuando terminamos de entrevistarlo, al salir observamos que él andaba una motocicleta con las mismas características de la que fue descrita por los testigos que vieron salir al sospechoso de la escena del segundo homicidio. Además, vimos que la llanta tenía el mismo patrón encontrado en ese lugar”, detalló el investigador.

Los agentes se reunieron con la fiscal y presentaron todas las evidencias que los hacían sospechar de López, ella los respaldó y consiguió que un juez ordenara la detención del sospechoso y un allanamiento a su vivienda en Parrita, diligencias que se realizaron en julio del 2017.

Además de detener al sujeto, durante el allanamiento, los investigadores entrevistaron a su pareja, quien les dijo que tenía serias sospechas de que él era el responsable de ambos homicidios.

“Ella nos dijo que para el día del homicidio de Isamar, que curiosamente era el cumpleaños de López, vio en el celular de él unas conversaciones de WhatsApp que mantuvo con la modelo.

“Además, recordó que ese día él llegó a la casa con un pantalón pringado de sangre, diciendo que había majado un conejo”, señaló el agentes del OIJ.

Según el investigador, la evidencia más importante que encontraron en la casa de López fue el celular que este usó para comunicarse con ambas víctimas.

Atacaba en fechas especiales

Para que un asesino sea considerado serial debe cometer al menos tres homicidios con características similares en un período determinado, y aunque López solo había cometido dos, el OIJ lo marcó como un criminal de este tipo debido al modo de operar, pues atacaba en fechas especiales (Día de los Enamorados y su cumpleaños) y porque estaban seguros de que volvería a atacar.

“Para él esas fechas especiales eran un motivo para que las víctimas no desconfiarán de él, se aprovechaba de esas festividades para crear confianza en ellas”,

—   explicó el investigador.

En el caso de Anacedy, los investigadores descubrieron que fue López quien trató de inculpar a su exmarido, además se dieron cuenta de que Hilario la conocía desde hacía muchos años, situación que aprovechó para cometer el crimen.

“Ella lo conocía desde que eran niños porque los papás de ambos trabajaron en la misma finca, posiblemente dejaron de hablarse y al tiempo se reencontraron, pues este sujeto trabajó en un camión repartidor de embutidos que en un par de ocasiones llegó al restaurante donde ella trabajaba.

“Lo que pensamos es que días antes del homicidio ellos se reencontraron y López se aprovechó de esa festividad (14 de febrero) para que se vieran”.

Cumpleaños fue la excusa

El caso de Isamar fue muy diferente, pues López y ella no se conocían; sin embargo, el investigador presume que las redes sociales fueron el medio por el cual el asesino supo de ella.

“Cuando ingresamos al Facebook de Isamar vimos que varios vecinos de Parrita la seguían, entonces lo que se puede determinar es que uno de estos era amigo de ella y de Hilario en esa red social, entonces me imagino que es ahí donde López ve que esta muchacha se dedica a hacer shows y la contacta para que fuera a hacerle uno por su cumpleaños”.

Al igual que lo hizo con Anacedy, el asesino aprovechó una fecha especial como su cumpleaños para que la modelo confiara en él y se dirigiera a una trampa sin sospechar nada.

El agente comentó que entre las dos víctimas no había nada en común, ni siquiera características físicas, por lo que presume que la motivación de López para matarlas iba más allá de eso

“Lo que uno ve es que ambas tenían varias puñaladas que no eran mortales en el sentido de que no les iban a quitar la vida de forma inmediata, personalmente creo que a él lo que lo motivaba era someterlas y matarlas”.

El investigador dijo que al día de hoy siente una gran satisfacción por haber participado en la captura de López, pues no solo llevaron justicia a las familias de Anacedy e Isamar, sino que también evitaron que el asesino sumará más víctimas a su lista.

Hilario López fue condenado a 90 años por los dos homicidios, pero solo cumplirá 50 que es el máximo por ley.

Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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