El Novelón

Drama en el mar: 12 años sin noticias de cinco pescadores puntarenenses

Las familias de ellos guardan ilusión del regreso de todos

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Han pasado doce años y la esperanza sigue viva en algunos parientes de cinco pescadores de Puntarenas de quienes nada se sabe desde el 2009.

Hay quienes alimentan la fe de que algún día los verán de nuevo; otros prefieren hacerse a la idea de que fallecieron.

Nos referimos a Reinerio José Escorcia, Vady Cruz Villalobos, Edwin Segura Olivares, Francisco Amador Cano y Michael Blandón Blandón, todos vecinos del barrio San Luis y de El Roble.

Salieron al océano en la mañana del viernes 4 de setiembre del 2009 y desde entonces su paradero está rodeado por el misterio. Zarparon con el plan de estar en alta mar un máximo de 45 días, luego regresarían para descansar con sus familiares.

Viajaban en la embarcación “Mi Capitán Johery”, de la cual tampoco se ha encontrado el menor rastro. Cuando se perdió contacto con ellos navegaban al suroeste de la isla del Coco, pero nadie conoce el dato exacto de su localización.

Se sabe que desde que salieron tenían problemas con el radio de comunicación y así se lo habrían dicho a los tripulantes de otros barcos pesqueros y al dueño de la embarcación --el hondureño John Thompson Almendárez-- el 18 de setiembre del 2009, día en que tuvieron el último contacto con él.

Thompson reportó que desconocía el paradero de la embarcación y de los tripulantes al Servicio de Guardacostas de Puntarenas casi un mes después al ver que el barco no regresó en la fecha planeada.

La alerta se conoció el 16 de octubre del 2009 y fue cuando los parientes de los pescadores pusieron la denuncia en el OIJ.

Triste separación

Ivonne Gómez, esposa de Reinerio, cuenta que su esposo tenía 36 años cuando se fue a trabajar como de costumbre; él se esforzaba por sus dos hijas a las que adoraba: Paola, de 5 años, y Habassa Gabriela, de 10 meses de nacida; ahora la hija mayor tiene 17 años, está en décimo grado y es mamá de una niña, la menor tiene 12 años y cursa sétimo.

“Nos dimos cuenta de la desaparición por medio de Guardacostas, que los comenzaron a buscar, hubo rumores de pescadores que dijeron que la embarcación se estaba quemando y que pedían ayuda, pero nunca encontraron rastro de que se quemara”, recordó doña Ivonne.

Agregó que Reinerio tenía 11 años de experiencia y nunca tuvo problemas en alta mar, siempre iba como maquinista.

“El corazón de una esposa y el de una madre siempre guardan la ilusión de que su ser querido algún día vuelva. Uno vive con eso, a él siempre lo recordamos y tenemos la incógnita de qué pasó, de si estará vivo o muerto”, añade.

Menciona la esposa de Reinerio que ninguna autoridad les pudo responder nunca qué le ocurrió a “Mi Capitán Johery”.

“Ha pasado mucho tiempo, la investigación la cerraron y esto quedó a la deriva”, explica.

A pesar de la incertidumbre, la familia guarda la esperanza de tenerlo de nuevo en casa algún día; Paola, la hija mayor, es quien más desea volver a abrazarlo.

“Nuestra hija mayor añora verlo, dice que algún día lo hará; ¿cuándo?, no sabemos, pero su esperanza es que él está vivo”, afirma Ivonne.

“Por mi parte acepté que esté muerto, pero nunca lo voy a olvidar, es un dolor muy duro saber que nunca tuvimos respuestas. Les digo a mis hijas que hay que aceptar que no va a volver, pero respeto la idea de mi hija mayor porque todos tenemos sentimientos e ilusiones diferentes”.

Antes de la desaparición de Reinerio, su esposa Ivonne trabajaba, luego dejó de hacerlo para criar a sus hijas, pero al ver que su esposo no regresaba, comenzó a vender vigorones y de esta manera ha sacado adelante a su familia.

“En diciembre siempre me sueño con él, sobre todo cerca de la fecha del diecinueve, que era cuando él llegaba a tierra para pasar Navidad con la familia, siempre regresaba con un bolso negro colgando en la espalda”, cuenta.

La familia conserva algunas pertenencias de Reinerio, entre estas un álbum de fotos e instrumentos que usaban para la pesca. En su memoria lo mantienen siempre presente.

Quería trabajar en tierra

Vady Richard fue quien le comentó a Reinerio sobre la oportunidad de la pesca y que necesitaban un maquinista para esa faena, de esta forma se fueron juntos en el barco.

Lilliana es hermana de Vady, quien entonces tenía 30 años, era soltero y de acuerdo con su hermana no dejó hijos.

Sospecharon que un niño era hijo suyo, pero no lo confirmaron porque la mamá del niño murió en diciembre de aquel mismo año.

Ella recuerda a Vady con nostalgia y cuenta que él comenzó en la pesca a los 13 años.

Vady es el penúltimo de seis hermanos, en el 2009 les dijo a sus familiares que no quería trabajar más en alta mar, que deseaba encontrar trabajo en tierra.

Durante tres meses esperó una oportunidad laboral, pero nunca llegó, no tuvo ninguna ocupación, situación que lo agobiaba.

“Al salirle esa oferta de trabajo con esa embarcación lo tomó porque estaba desesperado de no tener trabajo. Lo último que nos pidió fue que le pagaran la línea del celular y él nos devolvía la plata cuando llegaba, la línea se la estuvimos pagando durante ocho meses, luego la cancelamos porque no regresaba y las autoridades nos dijeron que ya no hacía falta, que no había rastro de ellos, detalla Lilliana.

“No sabemos si está muerto, vivo o detenido. Es una pregunta que nos persigue cada día y que a mí me sigue haciendo llorar porque lo extraño”, añadió.

La mamá de Vady vivía en Guanacaste y se pasó a vivir al Puerto porque casi siempre viajaba al mar esperando el regreso de su hijo.

Lilliana tuvo que recurrir a una psicóloga que la ayudó a superar la ausencia física de Vady.

“Caí en razón de que me estaba volviendo demente, comencé a tener la esperanza de que están vivos y que en alguna parte deben de estar y eso me ayuda a estabilizarme emocionalmente”, explica.

Aunque a veces recuerda que la embarcación solo llevaba comida para un mes se le vienen las lágrimas al pensar cómo hicieron todo el tiempo.

En octubre del 2009, doña María Olivares Orozco, mamá del capitán de la embarcación, Edwin Segura Olivares, imploró para que mandaran un helicóptero y los buscaran. Esta madre tiene 72 años y sigue esperando que su muchacho vuelva.

Segura dejó dos hijos de 30 y 27 años.

El pescador Francisco Amador nació en Nicaragua, pero tenía mucho tiempo de vivir en Costa Rica, se desconoce si dejó familia. Michael Blandón, al parecer era de Quepos y también vivía en el Puerto.

Rodrigo Guevara, capitán de pescadores de Puntarenas, conoció a los cinco pescadores, en especial a Reinerio, y recuerda como si fuera ayer cuando ayudaron con la búsqueda.

“Yo estaba en alta mar en ese momento, incluso hubo pescadores de otras embarcaciones que dijeron que escucharon la voz por la radio pidiendo auxilio porque se estaba quemando (la embarcación), pero no se vio humo. De una embarcación ecuatoriana dijeron que vieron un cuerpo grande en el mar, pero me parece que no lo rescataron”, recordó Guevara.

Canción los recuerda

El artista costarricense Mister Dy escribió la canción “¿Dónde están?”, dedicada a los familiares de los cinco pescadores, la publicó en Youtube el 8 de setiembre del 2018.

La pieza dura poco más de tres minutos, muestra fotos de los pescadores y el resumen de la difícil historia.

El tema le gusta mucho a Lilliana, la hermana de Vady y quien asegura que es la forma de sentir que su ser querido está cerca.

Lilliana e Ivonne denunciaron al OIJ, desde donde este el viernes 28 de mayo nos informaron que no tienen registro de la desaparición de los pescadores porque en aquel tiempo las denuncias las anotaban en un sistema que fue sustituido por el actual en el 2010.

Martín Arias, director de Guardacostas, asegura que ellos mantuvieron rastreos --como en cualquier alerta por desaparición en el mar-- pero al pasar tantos años sin datos nuevos el caso quedó archivado.

Poco después de la desaparición, los medios de prensa informaron del hecho, pero poco a poco empezó a hablarse menos de los tripulantes de “Mi Capitán Johery” y de la propia embarcación.

Su destino, hasta ahora, sigue en el mayor de los misterios.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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