El Novelón

Le pegan 11 balazos al confundirlo por sudadera que usaba

Sicario lo arrinconó en una pulpería, le vació todo el cargador de la pistola y era la persona equivocada

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El 1 de abril del 2016 un sicario le pegó once balazos a Kenneth Delgado Fernández.

El pistolero lo identificó por la sudadera blanca que andaba. Eran las 7 de la noche de aquel viernes y Kenneth se convertía en una víctima inocente porque el atacante se equivocó. No era a Kenneth a quien buscaba matar.

Kenneth Delgado Fernández recibió 11 balazos y vivió para contarla. Esta foto es especial, se la tomó 20 minutos antes de la balacera, es la sueta blanca con la cual lo confundieron.

“Nunca quise la sueta blanca”, fue lo primero que recordó Kenneth, a quien cariñosamente le dicen Coco, el lunes 16 de marzo en la entrada de la pulpería donde cuatro años atrás le vaciaron un cargador.

Luego de balear a Coco, al sicario incluso le alcanzó para dispararle dos veces a William Delgado, el papá de Kenneth, que lo había visto y salió en defensa del hijo.

Esta historia se inicia seis horas antes del ataque.

Kenneth, quien vivía en el barrio Los Ángeles de Concepción de La Unión, fue al centro de Tres Ríos. Le habían pagado una liquidación laboral y tenía platilla, así que fue a comprar una sudadera antes de ir a ver a la novia, a quien quería sorprender con otra sudadera para ella.

Kenneth Delgado Fernández recibió once balazos y vivió para contarla, en la foto, el 1 de abril del 2016, cuando lo montaban a la ambulancia y su papá lo consolaba.

Me llevo la blanca...

Kenneth quería una sudadera azul, pero no había del tono que buscaba, así que se llevó una negra. Pero como que ahí se empezó a meter la fatalidad.

“Pagué los quince mil colones que costaba mi sueta, los quince mil de una para mi novia y me vine para la casa (iba en moto). De inmediato me la probé y no me gustó como me quedó. Muy tallada”, recuerda.

Entonces se devolvió rapidísimo a la tienda, que era atendida por una amiga y le dijo lo que pasaba. La amiga buscó en la bodega para tratar de complacerlo, pero nada.

Kenneth Delgado Fernández recibió 11 balazos y vivió para contarla. En la foto en el hospital después de los plomazos.

“Mi amiga me aclaró que no había azul ni negra en la talla que yo quería, que en esa talla sólo le quedaba una blanca. Ese color no me gusta, pero ya me había devuelto y no quería llegarle a la novia sin la sueta nueva. Por eso la acepté, pero sin estar convencido”, explica.

La novia vivía en Calle Blancos y a eso de las 6:30 de la tarde, Kenneth salió un toquecito a dar una vuelta por el barrio.

Kenneth Delgado Fernández recibió 11 balazos y vivió para contarla. En la foto se aprecia la cantidad de pines para reconstruirle el femur.

Kenneth se quedó hablando con un compa a quien la sudadera le llamó la atención. Tardó en eso unos minutos y volvió a la casa, sacó la moto para viajar a la casa de la novia y en ese momento su mamá, Kattia Fernández, le pidió que le fuera a comprar un empanizador de pollo a la pulpería (abastecedor Los Ángeles).

“Aproveché para dejar cargando el celular, me fui a la pulpería, que estaba a cien metros de la casa y antitos de entrar papi se bajó del bus. Venía del trabajo y le dije que me esperara un toquecito para irnos juntos a la casa", detalla.

Mientras compraba el empanizador Kenneth captó el ruido de una moto que se acercaba a la pulpería.

"Yo era el único cliente, entró un hombre con el casco puesto y de un canguro que andaba en la cintura sacó una pistola, me arrinconó y comenzó a disparar.

"Papi entró corriendo y se le tiró al hombre para que se detuviera, entonces el sujeto le tiró dos balazos a papi, pero la pistola no sirvió. Al fallarle el arma salió corriendo, se montó en la moto, donde un sujeto lo esperaba, y se fueron”.

No se desmayó

A pesar de que le acababan de pegar once balazos y uno más le rozó la pierna izquierda, Kenneth no se desmayó.

Estuvo consciente durante los casi 10 minutos que duró la ambulancia en llegar.

Recuerda que de un pronto a otro se llenó aquello de curiosos, recuerda la sangre en el suelo y a su papá agarrándose la cabeza sin saber qué hacer. También cuando llegó su mamá gritando.

“La gente me gritaba ‘¡vamos Kenneth, usted puede! Usted va a salir de esta, papito, ya verá que ahorita lo tenemos de vuelta en el barrio, ¡aguante con todo!’. Eso no lo olvidaré y tampoco los ojos achinados del sujeto que me disparó. Esa mirada se quedará conmigo el resto de la vida”.

Una ambulancia lo llevó al Hospital Calderón Guardia a toda velocidad. Era una carrera contra el tiempo y contra la muerte.

Kenneth recuerda esto: “Iban dos cruzrojistas muy buena gente, de un pronto a otro como que me costaba respirar y uno de ellos dijo ‘este muchacho va a entrar en paro’; fue ahí cuando vi a un tercer cruzrojista que me dijo ‘tranquilo, no es su tiempo, no es su momento de morir’.

“Sentí una gran paz en el pecho y no entré en paro. Tiempo después me confirmaron que solo iban dos cruzrojistas en la ambulancia, no sé de dónde salió ese tercero que me habló. Estoy seguro que fue Dios quien me dio esa paz”, afirma.

Las investigaciones del OIJ le confirmaron después a Kenneth que él no era el objetivo, que lo confundieron por la sudadera blanca.

Las autoridades detuvieron, tiempo después al responsable del ataque y confesó que la seña que le dieron para identificar a su objetivo era que vestía us suéter blanco.

¿Por qué sobrevivió Kenneth a once balazos?

Bueno, porque ninguna bala le tocó un órgano vital o una arteria. Le impactaron así: dos en el costado izquierdo del estómago, dos en la espalda, cuatro en la pierna derecha y tres en la izquierda.

Kenneth Delgado Fernández recibió 11 balazos y vivió para contarla. En la foto se ve su publicidad ahora como cantante, se puso de nombre artístico Kendel

En las evidencias que encontraron las autoridades hay dos balas enteras y doce casquillos.

Esas dos balas enteras son del momento en que el arma falló cuando le dispararon a menos de un metro al papá.

Nueva vida

Kenneth pasó de dos meses internado a la cama de su casa; después pudo usar andadera. A eso le siguieron las muletas y fue ahí cuando dijo que ya no quería depender de nadie y apuró la recuperación.

Eso sí, el proceso ha sido largo y continúa.

La pierna derecha no puede moverla con total normalidad, para eso, dice, faltan aún muchas semanas.

Con el tiempo pasó por todos los procesos normales después de un suceso tan dramático: aborreció con todo su corazón al sicario, le preguntó mil veces a Dios por qué a él le pasó eso si nunca se metió en drogas, ni fuma.

Con el paso de los días logró lo que él llama una nueva vida.

Entendió que Dios lo dejó vivo por una cosa: llevar el mensaje a los jóvenes de dos formas: con canciones y con su testimonio. Se hizo cantante de reggae y reguetón cristianos.

Ya perdonó al gatillero, pasó de soñarse a menudo con la balacera a pasar varios días sin acordarse porque ahora su rumbo es otro.

Kenneth Delgado Fernández recibió 11 balazos y vivió para contarla. En la foto se ve cantando con sus papás escuchándolo.

El cantante

“El proceso me transformó y me fortaleció. Me entregué a Cristo. Mi vida dio un giro de ciento oechenta grados".

Kenneth le dio la bienvenida a Kendel (su nombre artístico) y de inmediato escogió su grito de las nuevas batallas que vivirá, es un grito que encontró en La Biblia, en Jeremias capítulo 1, versículo 5, que dice: “Antes de darte la vida ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo apartado; te había destinado a ser profeta de las naciones”.

Antes de las once balas Kenneth trabajaba, pero no estudiaba. Ya está sacando el bachi y le va pura vida.

Antes de los balazos algo le gustaba la música, pero no se había dedicado por completo a ella, ahora sí. Escribe, compone y canta sus propias piezas, todas dedicadas a Dios.

“Mi mensaje es positivo para los jóvenes ya que soy joven. Tengo una canción que se llama ‘Si Dios conmigo, quién contra mí’. No soy el que habla del que estuvo casi muerto, prefiero hablar del que sigue vivo”.

Cualquier iglesia de cualquier creencia religiosa lo puede invitar, lo pueden llamar al 7169-3096.

En Facebook lo encuentran como “Kendel CR”

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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