La primera fecha del Festival Picnic dejó a varias personas con el hígado en la mano del colerón y con ganas de llorar al quedarse sin ver a sus artistas favoritos, a pesar de que supuestamente habían comprado sus entradas para asistir a la actividad en el Centro de Eventos Pedregal, en Belén.
La Teja se enteró de lo sucedido, ya que un grupo de personas nos contactó para denunciar que fueron víctimas de una estafa por parte de una mujer de apellidos Mendoza Calderón, quien “vendió” entradas “de cortesía” por medio de Facebook.
Por el momento se sabe que fueron 40 personas las afectadas, pero se cree que hay más víctimas. De estas, al menos la mitad ya presentó la debida denuncia judicial.
Las víctimas quisieron hacer pública esta situación debido a que todavía falta otra fecha del festival, que se realizará este sábado 30 de abril, y porque esta persona también les ofreció entradas para otros eventos como el de Karol G y Bad Bunny, por lo que no quieren que otras personas caigan en la trampa.
La tibaseña Kattia Delgado Azofeifa, una de las afectadas, contó cómo ella y su hijo, Kendall, de 22 años, no lograron comprar la entrada que necesitaban a través de la página oficial (www.eticket.cr), por lo rápido que se vendieron en preventa, por lo que no dudaron en contactar a esta mujer al ver el anuncio que había puesto en los comentarios de la página oficial del Picnic.
Mendoza habría publicado que tenía varias entradas a la venta para el área General y colocó un número de WhatsApp para que los interesados la contactaran.
“Como ya no quedaban entradas mi hijo y yo nos pusimos a buscar en redes sociales a algún revendedor, entonces vimos el contacto de esta muchacha. Eso fue el domingo 3 de abril, y le preguntamos cómo funcionaba. Ella nos comentó que las entradas son de cortesía y que las vendía a 50 mil colones cada una, pero que teníamos que esperar unos días para recibirla porque al ser de cortesía el procedimiento era otro”.
“Ella nos dijo que le debemos depositar el dinero primero y que nos iba a estar enviando el código. Dijo que la entrada iba a venir con el nombre de la persona que la necesitaba y que solo había que ir a imprimirla a algún Walmart. A nosotros nos pareció riesgoso al inicio, pero luego pensamos que hay mucha gente a las que les dan entradas de cortesía, como a empleados o patrocinadores. Mi hijo me dijo que nos arriesgáramos, así que le depositamos los 50 mil colones”, explicó.
La supuesta vendedora hizo un grupo de WhastApp en las que incluyó a 40 personas para tenerlos informados y avisarles cuándo estaban disponibles sus códigos. Aunque se dice que hizo varios grupos.
Sin embargo, los días pasaban y solo recibían mensajes de ella diciéndoles que tuvieran paciencia que en cualquier momento les llegaban los códigos QR, pero se quedaron esperando.
“Pecamos de confiados, por querer ahorrarnos algo de dinero terminamos peor, porque lo perdimos”, dijo doña Kattia.
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Pecó de confiada
Raquel Rodríguez Quesada, fue otra que salió estafada y no dudó en ir a presentar una denuncia formal contra esta mujer ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Esta cartaginesa contó que ella depositó 120 mil colones por medio de SINPE a nombre de la sospechosa, con el fin de adquirir dos entradas. Ella admitió que jamás le pasó por la mente que sería estafada porque Mendoza le pasó hasta una foto de su cédula para que viera que todo era supuestamente legal.
“Ella me mandó un audio explicándome todo y dándome credibilidad de que sí era cierto. Me dijo que si algo llegaba a pasar ella se hacía cien por ciento responsable y me devolvería el dinero. Ahí en el grupo pasó diciéndonos que pronto nos llegaría el código de la entrada y nos mantuvo en eso como quince días, pero nada de entradas y nada del dinero.
“Todos los 40 miembros del grupo le empezamos a reclamar y ella lo que dijo es que también fue estafada, que otro muchacho (de apellido Gutiérrez) era el que tenía las entradas. Pero a mí me dijo una cosa y a otros otra. Primero dijo que ella le pasó el dinero a este hombre que era un amigo y luego que era al novio. A todos nos dio una versión diferente”, señaló la joven.
Raquel señaló que lo más duro es que la otra entrada era para una amiga que le dijo que después le daba la plata y como al final no fueron al concierto esta se echó para atrás y no le reconocerá ni un cinco.
“También me ofreció entradas para otros conciertos, por eso me da miedo que más personas se vayan en todas como ocurrió con nosotros”, recalcó.
Johan Navarro también quedó rojo del colerón al enterarse el jueves anterior, dos días antes del festival, que lo habían estafado.
“A la muchacha le deposité 60 mil colones y tras de eso le dije a dos compañeros más y los dos hicieron una transferencia por la misma cantidad”, contó la víctima muy afectado.
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Se quita el tiro
Contactamos a la supuesta estafadora, quien es de Puntarenas. En un principio no quiso atender nuestras llamadas, pero después respondió el mensaje que le dejamos al número de WhatsApp que les dio a las víctimas.
La mujer primero aclaró que ella no estafó a nadie y que más bien es “una víctima más” porque solo fue “intermediaria” de otra persona que le pidió que le ayudara a vender las entradas.
“Como se lo indicaron las personas afectadas yo también estoy siendo perjudicada y estoy buscando soluciones para limpiar mi nombre. No voy a entrar en detalles con usted por recomendaciones legales, pero le doy mi palabra que ni nombre no se verá afectado por un tercero. Y en su momento, le puedo dar mi versión de la situación”, respondió.
La organización del Picnic advirtió que es mejor comprar las entradas a través de la página oficial del evento para no caer en este tipo de trampas, pues es la única forma de asegurarse un campo.