“Ahora que me pensioné, me di cuenta de lo incómoda que es mi esposa”

“Estoy pensionado y soy casado. Puedo decir que hemos tenido una buena vida, pero ahora que estoy más en casa, me he topado con una persona que exige y cuestiona todo lo que hago. Soy un hombre colaborador, anuente, chineador y detallista, pero para ella todo está mal, ejerce mucha presión sobre mi horario o con quién hablo. He sido tolerante, pero ya no aguanto más y ella todo lo quiere controlar, mis hijos se lo dicen pero no escucha nadie”.

1. Muchas parejas tienen que detenerse un momento, respirar con serenidad y analizar las cosas con objetividad durante el periodo de jubilación, porque esta etapa supone una serie de cambios y el ajuste en muchísimos procesos.

2. Toda pareja debe darse cuenta de que ahora hay cosas que cambian el ritmo de la vida, sin la presión de las responsabilidades laborales, el manejo del tiempo, los ajustes financieros, el desarrollo de nuevos intereses y actividades, todo es nuevo. La dinámica afectiva, sexual y la vida social tienen que pasar por revisión y es muy importante que ambos estén abiertos a escuchar, a comprender lo que cada uno quiere y negociar, ceder, planear y replantear la vida.

3. Esta es una etapa que requiere escucha, comprensión, cercanía y no puede ser vivido desde la imposición. Es un cambio importantísimo para ambas personas, hay que tomar conciencia de lo que les corresponde hacer para evitar caer en situaciones de conflicto, que hagan de la jubilación una etapa de tensión en la vida de la pareja.

4. A partir de lo que usted describe es conveniente que empiecen a considerar buscar ayuda para que puedan permitirse un diálogo sereno y respetuoso, que les ayude a vivir esta etapa de vida con tranquilidad, además de forma muy creativa, porque la jubilación debería ser un periodo en la vida para disfrutar muchas cosas y debe ser manejada con sabiduría emocional.