La cantante gringa Ariana Grande reanudó este miércoles en París su gira mundial interrumpida tras el atentado de Mánchester, con un concierto organizado bajo grandes medidas de seguridad.
La policía aplicó un dispositivo particular de seguridad, debido a un contexto simbólicamente fuerte. Lo anunció el martes en un comunicado, horas antes de que un oficial fuera atacado por un hombre que había jurado lealtad al grupo yihadista Estado Islámico (EI) frente a la catedral de Notre Dame, en pleno centro turístico de la capital francesa.
La circulación estuvo prohibida este miércoles alrededor de la sala de conciertos de Bercy, donde actuó Grande, y la policía apoyó a los agentes de seguridad privados para registrar al público. También hubo patrullas vestidas de civil en las zonas de espera en el exterior del estadio cerrado y en el transporte público de los alrededores.
El 22 de mayo, un kamikaze se hizo estallar a la salida de un concierto de la estrella estadounidense en el estadio Manchester Arena, dejando 22 muertos, entre ellos siete menores, y más de un centenar de heridos. El atentado fue reivindicado por el Estado Islámico.
La cantante regresó después a Florida y anuló los conciertos previstos en Londres, Bélgica, Alemania, Polonia y Suiza. El domingo pasado, participó en un gran recital benéfico en Mánchester, acompañada de otras estrellas como Justin Bieber, Katy Perry y Coldplay.
Ariana volverá a actuar el viernes en la ciudad francesa de Lyon, antes de continuar su gira por Portugal, España, Italia, Brasil, México y Costa Rica, donde se presentará el 9 de julio, en Parque Viva.