La bachata dominicana superó la discriminación y el silencio impuesto por décadas de dictadura. Con letras que se pasean entre el romance y el desamor se consagró como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en la reunión de la Unesco en Bogotá.
"Es una música muy ligada a la alegría no solamente de un pueblo como el dominicano sino de toda una región que así lo ha asimilado con su apoyo”, dijo el delegado de República Dominicana tras el anuncio del comité de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que toma esta decisión.
La declaratoria se dio luego de un bravo debate entre los delegados, varios de los cuales no consideraron que el ritmo musical cumpliera con algunos criterios para ser Patrimonio de la Humanidad.
Algunos cuestionaron que alrededor del género no hay suficiente participación de la comunidad.
Sensualidad
"Durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), la bachata era reprimida y estaba relegada a los estratos más bajos. Mientras que con la muerte de Trujillo, su popularidad se acrecentó y comenzó a escucharse abiertamente en diferentes entornos públicos”, dijo Xiomarita Pérez, consultora folclórica y especialista en bailes.
La experta explicó que sus letras pueden ser comparadas con el Jibarito de Lares de Puerto Rico, la ranchera de México, el Típico de Panamá y el vallenato de Colombia, pero en el aspecto danzario es totalmente diferente, siendo única en su estilo.
La bachata es un ritmo que evoca la sensualidad en el baile, logrando su particular cadencia con instrumentos de percusión y cuerdas.
El Rey de la bachata
El barítono José Manuel Calderón es considerado uno de los precursores de la bachata y grabó sus dos primeros temas, “Borracho de amor” y “Condena” en 1962, tras la muerte del dictador.
Se le conoce como el Rey de la bachata por las letras de sus canciones y su inigualable voz.
Rafael Encarnación, muerto en un accidente de tránsito en 1964, con apenas 20 años, también es reconocido como otro de los pioneros.
La expansión del género es mérito de artistas como Juan Luis Guerra.
"Ahora, muchos cantantes y compositores la recrean con un sonido más rápido, lo que cambia la forma de bailarse; mientras artistas como Romeo Santos, Prince Royce y otros cantan bachatas más suaves y sensuales, que pueden llegar a compararse con el género africano kisonga”, remarcó Pérez.