Dos hombres se reencuentran tras varios años separados. Judá Ben-Hur y Messala no pueden contener su alegría: se agarran el brazo, se miran fijamente y de arriba abajo con media sonrisa, se rozan las manos al compartir una copa y no pueden evitar reír con nerviosismo.
"Después de tantos años, todavía cerca", "Sí, en todos los sentidos", "Te dije que volvería", "No creí que lo hicieras, estoy tan feliz".
Son frases que pueden interpretarse como declaraciones de amor. La escena culmina con Ben-Hur y Messala bebiendo vino de sus cálices (copas) con los brazos entrelazados y mirándose con intensidad. Según el guionista de "Ben-Hur", Gore Vidal, los dos hombres habían sido amantes.
El escritor y guionista contó, en el documental sobre la presencia LGTB en el cine "El celuloide oculto", que escribió la película con la toda la intención de dar a entender (para quien quisiera entenderlo) que la rivalidad entre Messala y Ben-Hur nacía en realidad de una pasión de juventud.
El director, William Wyler, aceptó la propuesta del guionista, pero había un obstáculo: Charlton Heston. Wyler temía que el protagonista, una de las estrellas más conservadoras de la época, jalara espantado si descubría el detalle de la trama.
La solución fue informar del pasado romántico a Stephen Boyd (el intérprete de Messala), pero ocultárselo a Heston. Durante el rodaje, todo el mundo lo sabía menos él, y así fue como se guardó el gran secreto por años.