Farándula

“Capital gay de China” no quiere regresar al armario

Ciudad de Chengdu espera que se respeten sus derechos y todo lo que han avanzado

EscucharEscuchar

Hombres en pantalones cortos ajustados y botas negras bailaron durante horas, pero se pusieron encima unos kimonos en un intento de no irritar a las autoridades.

El curioso baile colectivo ocurrió este sábado por la noche en la pista del HUNK, un club de Chengdu, la “capital gay” de China.

Denominada “Gaydu” por los jóvenes, la ciudad se convirtió hace mucho tiempo en refugio de una comunidad que trata de pasar desapercibida en otras partes del país.

Pero los homosexuales de Chengdu están preocupados por sus libertades en un momento en que el régimen comunista cultiva los valores conservadores bajo el mando del poderoso presidente Xi Jinping.

En octubre, las autoridades cerraron otra discoteca gay, el MC Club, tras la difusión de fotos explícitas en las redes sociales e informaciones de la prensa local que acusaron al establecimiento de estar relacionado con contagios del VIH.

El club, que acogía fácilmente a unas mil personas todas las noches, ¿habría ido demasiado lejos?

Un antiguo cliente le contó a AFP que había recibido un masaje íntimo en una sauna y que participó en una fiesta en la oscuridad, en la que se prohibía llevar ropa.

Mientras tanto, los principales bares gais de la ciudad, de 16 millones de habitantes, eran objeto de cierres temporales. Después, todas las organizaciones LGBT fueron controladas, según sus militantes.

En todo el país, la comunidad se queja de ser siempre objeto de discriminaciones. El país retiró en 2001 la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, pese a una rica literatura clásica sobre este asunto.

Desde su llegada al poder a finales de 2012, Xi Jinping hizo campaña contra aquellos que no encajan en los valores comunistas tradicionales.

En agosto, la ShanghaiPRIDE, el festival gay más antiguo del país, se anuló en el último momento en Shanghái “por la seguridad de todos”, aunque sin más explicaciones.

Pero En Chengdu, sus habitantes explican su relativa tolerancia por su lejanía de Pekín y por su mezcla étnica, que tiene sobre todo una gran comunidad tibetana.

Mientras en el HUNK, no hay banderas con los colores del arcoíris en las paredes y los clientes conversan tranquilamente mientras se dan la mano.

En lugar de ir con el torso desnudo, los bailarines han adoptado el kimono para evitar llamar la atención de las autoridades y no correr la misma suerte que el MC Club.

El covid-19 ha reforzado el atractivo de Chengdu entre los gais chinos que no pueden viajar al extranjero.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.