Farándula

“Con las clases virtuales me empecé a sentir desanimada”

Rafael Ramos, psicólogo

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“Este año ingresé a una universidad pública pues me gané una beca, soy una muy buena estudiante, pero con esto de la pandemia y con las clases virtuales me empecé sentir desanimada. Estaba disfrutando mucho ir a la universidad y conocer gente, ya que soy de una zona rural, pero ahora estoy en mi casa y sigo con todo. Me está yendo bien, pero tengo como pereza, e incluso he pensado en dejar todo botado”.

1. Querida amiga, muchas personas estamos así. Esto de la pandemia ha venido a cambiar nuestra forma de pensar y hacer las cosas, nos está obligando a encontrar una motivación todos los días que nos permita ajustarnos a la vida bajo el concepto de la nueva normalidad.

2. Esto pasará si juntos hacemos lo mejor. Tal vez la experiencia que usted está teniendo no la hace sentirse plena, ya que amaba ir a clases, estar en el campus universitario, hablar con la gente, escuchar a los profesores, pero esto solo es una etapa y hay que ser pacientes, fuertes, valientes, prudentes y no dejar que el desánimo se apodere de nosotros.

3. La vida es así, hacemos un plan y de un momento a otro las cosas cambian y se nos pone de frente el reto de adaptación, para aprender a modificar nuestro estilo y forma de pensar la vida. Comprendo que ha sido difícil este proceso de clases virtuales, ha sido un reto desde los niños de preescolar, hasta los universitarios. Lo cierto es que esta es la realidad, es solo ajustarnos a ella.

4. Trate, haga un esfuerzo por encontrar nuevas motivaciones. Usted está avanzando en su formación, le está yendo bien, día a día, clase a clase, conexión a conexión, está cada vez más cerca de esa gran meta con la que siempre ha soñado, estudiar, ser profesional y abrirse a nuevas posibilidades en la vida.

5. No es sencillo, tiene derecho a sentirse de esta manera, pero tenemos que abrir el camino de la esperanza, poco a poco, sin que esto signifique una gran desilusión, todo lo contrario, es un reto, es momento para escuchar su voz interna, llenarla de fuerza y de reconocimiento, para mantener la mirada en sus virtudes y en sus objetivos.

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