La cantante austríaca Conchita Wurst se convirtió en estrella mundial luego de demostrar su gran talento en el concurso Eurovision 2014.
Ella no solo llamó su atención por su gran voz sino por derribar un montón de barreras al llevar un mensaje de tolerancia y aceptación con su papel de mujer barbuda.
Todo esto hizo que le llovieran los homenajes como el que le hace el actor tico Jocksan Porras, más conocido como "Conchita Wurstica", quien actúa en la obra "Lo que callamos las vestidas", que se estrenó la semana anterior en el teatro Coluche, que se ubica a 100 metros este del bar Bochinche en San José.
Ahí, Conchita se da gusto contando todas sus congojas mientras llena su cuerpo de base, polvos, rubor, pintura de labios y otro montón de cosas que solo ellas saben qué son.
Jocksan ya tiene un año de ponerse en los tacones de Conchita y una vez que le propusieron ser parte de la obra aceptó, pero no como una imitación de la original, sino como otra mujer barbuda.
Es por eso que en la puesta en escena, Conchita se llama Bernaby, donde comparte la actuación con figuras como Scarlette Fiore, a quien le da vida a Eusebio Ramírez y con Jessie James, quien es interpretada por Sharon Lafayette en la obra. Todos son transformistas.
"Siempre he pensado que Conchita es alguien que inspira muchísimo, yo no viví el bullying ni el rechazo que ella sufrió, pero admiraba la fuerza del personaje como tal y como no me gusta cómo me veo sin barba, se me ocurrió que sería una buena forma de hacerle un homenaje a ella y hacer algo distinto", señaló Porras, de 32 años.
El personaje, así como el mismo Jocksan lo resume, tiene mucha clase y estilo por lo que no aparece en cualquier evento. Tiene que ser algo especial, como lo es la obra de teatro.
"Siempre tuve la necesidad de buscar un modo de desestresarme de mi trabajo por eso apareció Conchita, yo no lucro con ella, como me gusta que sea de élite requiere mucha producción y solo lo hago para eventos importantes como Miss Costa Rica Gay en donde fui la presentadora", aseguró.
Gracias a esas características tan especiales, entró con el pie derecho al mundo del transformismo en Tiquicia.
"Todos los transformistas tenemos que pagar un derecho de piso y ella no lo hizo, me recibieron muy bien y es un personaje muy respetado y querido, lo ligan con la clase y como yo estudié periodismo y planificación de bodas, tuve que llevar cursos de etiqueta y protocolo y sé cómo proyectarlo", agregó Porras, quien señaló que el mayor reto fue aprender a manejar carro con tacones y pelucas puestas.
Un vacilón con mensaje.
En "Lo que callamos las vestidas" se busca entretener, pero también revelar algunos detalles de la vida íntima de los transformistas.
Es por eso que tanto Conchita como Scarlette muestran un poco de todo el proceso que lleva convertirse en verdaderas divas. Además, explica la diferencia entre un transgénero y un transformista.
"Es un texto de Mariano Moro, que se inspira en una transexual australiana con una carrera muy larga, pero que nunca tuvo tiempo para llorar y que ahora a sus cuarenta decide contar todas las penas y alegrías. Ahí me pueden ver con la cara lavada y a Conchita poniéndose un montón de espumas para lograr verse bien, muestra un poco las nuevas generaciones y a los que ya estamos viejitos", dijo Scarlette Fiore, quien hace poco regresó al país luego de participar en varias obras en Nueva York.
De hecho Fiore permanecerá en el país por una temporada corta y luego volverá a la Gran Manzana donde le han abierto las puertas para sus shows.
Por el momento la obra se presenta los miércoles en el Coluche y en los próximos días se irán de gira por varias partes del país.