“Dice que está muy aburrida de todo lo que hemos vivido y que no quiere nada”

“Tenemos 23 años de matrimonio y siento que hemos tenido una buena vida, pero mi esposa ya no quiere nada conmigo y no entiendo por qué. No hemos sido un matrimonio de pelear ni de complicaciones, he tratado que ella me explique qué quiere o saber qué le pasa y dice que está muy aburrida de todo lo que hemos vivido, que le dé espacio y que puedo seguir viviendo en la casa. Ella se pasó de cuarto y no hay pleitos, pero no me dice nada”.

1. Existe la posibilidad de que después de tantos años, todo haya girado en torno a los hijos, a los procesos de obligación financiera y a la administración del hogar, lo cual creó una curva de monotonía muy pasiva, que posiblemente haya gestado una desconexión afectiva, simplemente porque se olvidaron de ser pareja y se convirtieron en familia.

2. Para muchas parejas cuando los hijos se van, en lugar de reencontrarse nuevamente se ponen de frente ante una realidad. A veces son verdaderos desconocidos, por lo que la conexión afectiva, la comunicación, el desarrollar, espacios de pareja, que permitan el entretenimiento, la sensualidad, el disfrute y la comunicación abierta están completamente ausentes.

3. Es importante que no se precipiten a tomar decisiones, ni que exista una tendencia radical a cambiar un espacio de rutina como el que usted describe, a propiciar una separación absoluta de un momento a otro. Es conveniente buscar un proceso terapéutico de pareja, que les permita revisar a fondo lo que está pasando y cómo se podría enfrentar para evaluar la posibilidad de renovar el vínculo, replantear la relación y empezar a vivir una nueva etapa.

4. Pero esto tendría que ser un esfuerzo de dos personas no solamente de uno. Es conveniente no presionar, ya que ella solo pide un poco de espacio así que debe manejarlo con sabiduría, prudencia y sensatez. No debe precipitarse a tomar decisiones que impliquen una separación o un divorcio.

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