“Empecé una relación hace cinco años y sabía que ella estaba muy enamorada de su ex, pero empezamos y nos fuimos a vivir juntos por casi año y medio. Cuando le propuse que nos casáramos me dijo que la estaba presionando demasiado y que debía ser honesta, porque se iba a dar una oportunidad con el ex, por lo que se fue a vivir con él. Yo quisiera intentarlo con ella, pero son cinco años de esperar y al ex sí lo involucra en todo”.
1. Esto va más allá de decir: “la otra persona no pone de su parte”. Ella estableció una ruptura, está viviendo con otra persona y frente a esta realidad pensar en intentarlo es una expectativa que parece estar fuera de realidad.
2. Pasaron varios años y usted sabía que ella tenía un proceso de duelo no resuelto y que no logró desvincularse afectivamente de su relación anterior para integrarse al 100% en el proyecto que ustedes dos estaban construyendo. Pareciera que no hay mucha coherencia interna en este proceso.
3. No se trata de pensar por qué ella no soltó a su expareja o por qué se fue inmediatamente a vivir con él. No es momento de pensar si existe una posibilidad o no. Ante tal claridad, el análisis debe ser otro, ¿por qué usted se permite un proceso de relación con una persona que ahora está donde hace mucho tiempo quería estar?
4. Tener claridad de las emociones es fundamental, pero es más importante comprender dónde nacen y cuál es el fundamento de estas aspiraciones. Un proyecto de relación de pareja va mucho más allá de querer a alguien o de sentir bonito.
5. Un proyecto relación requiere convicción individual para establecer parámetros reales que le den al vínculo un buen fundamento y que les permita la construcción de un proyecto de vida estable, claro, constructivo y positivo. Pero todo aquello que se fundamenta en la duda, la contradicción, la ambigüedad y la ambivalencia no desarrolla bases sólidas. Usted debería empezar una exploración interior para resolver todos estos temas.