“Empecé a salir con un muchacho y al principio todo iba bien, pero cuando tenemos intimidad me dice que solo puede tener relaciones viendo pornografía, porque de lo contrario no siente nada. Yo tengo que hacer todo lo que pasa en las películas y le he dicho que no me siento cómoda. Él pasa viendo pornografía a diario porque para él no es malo y me dice que soy una mujer de doble moral. Ya no quiero tener nada con él, porque durante la intimidad me llama como a una de sus actrices porno preferidas”.
1. En este tema hay mucha tela que cortar, ya que una exposición ocasional a la pornografía puede interpretarse como un acto de curiosidad o un juego ocasional en la vida de una pareja, pero cuando es un uso frecuente y su vida sexual se sujeta a un estímulo asociado a la pornografía, se habla de una conducta que debe ser revisada.
2. El uso de pornografía en la vida de una pareja tiene que tener algunas consideraciones para evitar que se convierta en un tema que genere tensiones en la vida afectiva y sexual de la pareja. Como una estructura de juego y estimulación ocasional podría no tener mayor peso, pero cuando se necesita este estímulo para vincularse a nivel sexual y usted debe asumir un rol de juegos simulando lo que hace la actriz, la situación se convierte en un exceso.
3. Al margen de la pornografía, toda pareja debe moverse desde la libertad personal, sin coacción, sin manipulación y con respeto a la posición de cada uno. En una relación no puede haber imposición en la conducta sexual, todo lo que se haga tiene que ser consensuado, por lo que ceder por presión los acerca a un círculo de violencia que no cabe en una relación.
4. Si ustedes no buscan ayuda pronto, esto puede comprometer de forma significativa la relación. En cuanto a la estabilidad emocional hay que tomar decisiones y con respecto a la viabilidad de seguir o no, le recomiendo buscar ayuda.