El desamor es una oportunidad en la vida

Es un hecho, llegó el desamor. Al margen de la razón que nos llevó a una ruptura, cuando esta se transforma en un hecho, el desamor es una gran oportunidad. En el tanto que nos permite hacer una revisión de todos aquellos elementos que nos llevaron a este desenlace.

Sí, ¡hoy ya no estás ahí! Es un hecho, es una realidad. Al margen de que tengamos que asumirlo, sea porque la otra persona lo decidió o que sea una decisión de ambos, o incluso, que sea una consecuencia de tus propios actos, el tema es poder aprender.

Es una oportunidad que nos habla, nos lleva a comprender el por qué de nuestras acciones, nos traza un camino de crecimiento.

Negar un hecho complica la escena. Hay una etapa inicial en la que el desamor podría ser que no se vea como oportunidad, como proceso de aprendizaje. Menos como puente para la reorganización de vida.

Cuando este proceso es asumido desde la negación y la fantasía, muchas más emociones o ideas fuera de contexto nos llevan a aferrarnos a un algo que ya no existe, o que nunca existió. Siendo esto así, todo se pone cuesta arriba.

Cierra el ciclo. Muchas personas se quedan pegadas por días, semanas, meses o años. Aferrándose a una idea de algo que ya no es. Aferrándose a un idilio, esperando que algo mágico suceda. Mientras la otra persona avanza. Quizá usted ahí en una espera sin sentido y esto qué te aporta. El desamor es una oportunidad para cerrar el ciclo y aceptar la realidad.

Se terminó una relación, tenemos derecho al dolor. Hay que revisar el por qué se dieron las cosas.

El desamor es una oportunidad. Las cosas en la vida tienen un marco de realidad y no siempre son como las esperamos, como las imaginamos. A veces se termina, quizás no es lo que queríamos, solo nos queda hacer el proceso de aceptación que nos pone frente a la posibilidad de organizarnos.

De la misma manera que iniciaste una historia y que terminó, puedes darte la oportunidad de iniciar otra vez. Ahora con el aprendizaje, la madurez y la libertad, y para esto se requiere tener muy claro nuestro concepto de amor, nuestro amor propio y el concepto de relación para no repetir los patrones.