“Tengo una relación, apenas estamos empezando y no me molesta que le hable a su ex, pero me di cuenta que él le pone mensajes a toda hora e intercambian fotos. También le hace favores y un día en particular la lleva y la trae del trabajo, le hace mandados y se ven con frecuencia. Esto no me gusta y él no quiere cambiar, por lo que si esto sigue así no creo que pueda continuar en esta relación”.
1. El tema de hablar o no con las exparejas tiene múltiples aristas para definir si es conveniente hacerlo o no, pero en cualquier esquema es muy importante que si hay algún grado de comunicación no se pueden transgredir los límites de confianza de la actual relación.
2. Si esta persona tiene comunicación abiertamente afectiva, establece espacios constantes en su agenda para su ex y usted no se siente cómoda, la situación se convierte en un criterio de análisis para evaluar la viabilidad de esta relación, fundamentalmente cuando la otra persona lo que responde es: ‘Soy así y punto’.
3. Una relación no se trata de imposición del uno sobre el otro, no se puede tener una visión intransigente donde solo la voz de uno de los dos se convierte en algo determinante. Tiene que haber negociación para la construcción de paz emocional porque sin un clima de paz, respeto y armonía, que permita el establecimiento de acuerdos, se camina en incertidumbre.
4. Ante una situación problemática, cualquiera que sea, tiene que haber disposición a la búsqueda de soluciones y si la otra persona no se dispone en este sentido, por supuesto que choca con un criterio básico en una relación de pareja que es la concertación, la conciliación y el establecimiento de acuerdos.
5. La decisión de seguir o no es completamente suya, porque el amor no solo se trata de sentir bonito, es de crear un marco de funcionalidad que les permita sentirse plenos. Este es el reto que usted tiene por delante para tomar decisiones.