“Salgo con una persona que terminó con su novia hace unos meses. Cuando empezó la pandemia él vivía con ella de forma intermitente y dice que terminó porque no podían verse. Él dice que me ama intensamente, pero no puede dejar de pensar en ella. Me confesó que hablan casi todos los días, que se han visto y que a veces piensa en volver con ella, pero que no quiere hacerme daño. Cuando me dijo esto me sentí muy mal y terminé, pero no sé si debería darle una oportunidad porque me llama y me busca”.
1. En la vida se tiene la oportunidad de abrir los ojos y ver lo que se tiene al frente. Si se abren los ojos y hay sol es de día, si se abren y está oscuro se ven las estrellas y la luna. Cuando las cosas son tan claras, hablar de confusión es una posición emocional que solo genera contradicción.
2. Él dice estar con usted y piensa en la otra persona, valora si continúa o no con usted o si simplemente le da una oportunidad a la otra persona. Pregunto: ¿a usted le parece que tiene claro lo que él quiere?, ¿qué nivel de contacto tiene con la expareja?, ¿qué capacidad de compromiso tiene? Y la última, que me parece importantísima: ¿usted quiere esto?
3. Llama la atención que ahora él ejerce él mismo patrón con las dos. Está presente y a la vez ausente, porque piensa en la otra persona, la termina, pero la busca, para seguir hablando, analizando con cuál se va a quedar. ¿Le parece que esta persona tiene una propuesta sobre la cual se pueda construir una relación con base una firme?
4. Iniciar una relación no es un tema solo de atracción, emociones y momentos mágicos. También es un tema de decisiones, claridad, constancia y de continuidad, sobre un objetivo común: “hacernos bien”, y este debe ser asumido y vivido por los dos a plenitud y con conciencia total.
5. Le corresponde a usted tomar decisiones. El rojo no se ve como amarillo, el negro no se ve como blanco. ¿Esto tiene un color de estabilidad sí o no?