“Tenía una relación de pareja un poco aburrida, monótona, por lo que hablé muchas veces con mi pareja al respecto pero él insistía en no hacer absolutamente nada. Le sugerí muchas cosas y siempre tomé la iniciativa en todo, pero él ni picaba leña ni prestaba el hacha, al punto que decidí terminar. Pero me ofendió mucho el hecho de saber que él piensa que ando con alguien”.
1. Hay diferentes formas de ver esto. Cuando una persona tiene una relación de pareja debe hacer un análisis de compatibilidad, que le dé viabilidad a la relación, porque no basta con sentir atracción o emociones que la hagan decir: “nos queremos”, sino que también se debe trabajar para construir universo común que resulte agradable para ambos.
2. Un enfoque podría ser reconocer que usted tiene un grupo de intereses, gustos y preferencias, y su pareja tenía otros. ¿Es esto un factor que puede llevar a una ruptura? No necesariamente, si ambas personas son capaces de negociar y buscar el equilibrio.
3. Cuando ante las diferencias uno de los dos habla y propone con el objetivo de negociar y establecer acuerdos, y la otra persona se opone y se concentra en su posición, sin tomar en consideración las peticiones que hace su pareja, la viabilidad se ve afectada.
4. Cuando en una relación las diferencias los separan en lugar de enriquecerlos, se camina sobre la senda de la tensión, y esto provoca que no haya un encuentro sano, objetivo y positivo. A partir de un proceso de comprensión y de negociación, se debe buscar la forma de disfrutar juntos, pero si ustedes hablaron, intentaron negociar y usted se topó con una persona que no contribuyó a buscar un justo punto de equilibrio, entonces tiene razones válidas para tomar la decisión que tomó. No se trata de que uno tenga que ajustarse al otro, se trata de concertar para que cualquier relación pueda permanecer sana en el tiempo.