“Tuve una novia y creo que fui muy buena gente, pero esta muchacha en menos de ocho meses me terminó tres veces, porque me decía que estaba confundida. La primera vez lo acepté y me dolió, la segunda traté de apoyarla, pero ni ella se entiende, porque me terminó otra vez. Soy un buen hombre, chineador y no soy celoso, tal vez no soy un príncipe azul, pero soy una muy buena persona. Ahora me volvió a buscar, pero no quiero estar con una persona que hoy me ama y mañana me dice que no sabe qué quiere”.
1. Cuando hay procesos de ruptura es muy importante hacer el ejercicio que usted hace. El autoanálisis es una revisión de la forma de ser y de estar en una relación y se debe hacer con mucha objetividad. Reconocer realmente quién es en una relación y si su evaluación lo lleva a la autoafirmación y reconoce que su proceder es el adecuado, entonces puede evaluar si quiere o no estar con alguien.
2. Una vez que ha hecho este ejercicio de revisión, el otro componente es la reciprocidad consciente, es decir, puede tener diferentes estilos afectivos o formas de llevar una relación, pero debe haber reciprocidad en cuanto a la estabilidad emocional, la convicción para estar juntos y evaluar si hay claridad para trabajar en un proyecto de pareja desde el mutuo beneficio. Debe haber reciprocidad de lo contrario se desequilibra la relación.
3. Si una persona en tan corto tiempo genera tantas rupturas, justificando que no sabe qué quiere y luego vuelve a buscarlo para decirle que sí lo quiere. Si usted, desde su autoafirmación y el análisis de reciprocidad considera que esto no es lo que quiere, entonces tome decisiones.
4. Cuando se toman decisiones y se tiene claridad del por qué y el para qué de cada decisión, también se tiene derecho a no perpetuar la comunicación cuando se tienen las cosas claras. La autoafirmación, el autoanálisis, el autocuidado son elementos claves para saber las decisiones que debe tomar.