Farándula

Este es el drama que viven los transexuales de la caravana que busca refugio en Estados Unidos

Un grupo de unos 75 transexuales y algunos homosexuales forman parte de las 7.000 personas, según las Naciones Unidas, que jalaron al norte a buscar un mejor futuro

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Joanne Stefani, de 27 años, dejó su natal Honduras hace un mes y tras viajar en una caravana migrante ha llegado, junto con decenas de transexuales centroamericanas, a la ciudad mexicana fronteriza de Tijuana con el sueño de obtener refugio en Estados Unidos.

“Somos las más vulnerables por discriminación, por miedo a que nos maten. Tuve amigas, muchas amigas que fueron asesinadas por homofóbicos y la policía militar”, comenta Joanne, mientras está sentada junto a un depósito de agua de la casa en donde pasaron la primera noche.

El domingo pasado llegó un grupo de unos 75 transexuales y algunos homosexuales a Tijuana. Son de los primeros en alcanzar la frontera con Estados Unidos tras recorrer México como parte de una caravana que llegó a sumar unas 7.000 personas, según las Naciones Unidas, pero que se ha ido fragmentando.

"Dejé a mi madre y a mi hermana. La decisión la tomé de un día para otro", recuerda Joanne.

En el grupo hay migrantes de El Salvador, Honduras y Guatemala. Sus historias son similares, todas recuerdan episodios de odio y persecución, que será su principal argumento para solicitar refugio en Estados Unidos en momentos en que el presidente Donald Trump está decidido a detener las caravanas que recorren México.

Joanne nunca había salido de su país y tampoco quería emigrar.

"No somos delincuentes, emigrar no es un delito, queremos un mejor futuro para nosotras y pensamos que en Estados Unidos podríamos tener esa oportunidad", explicó.

En su recorrido han sufrido agresiones dentro de la misma caravana, a la que miles se sumaron, incluidas familias enteras y embarazadas, para sentirse más seguros a su paso por México, plagado de violencia criminal.

"Muchas chicas fuimos amenazadas de que nos querían matar", denunció.

Con ayuda de unos abogados estadounidenses, consiguieron separarse de la caravana y alojarse en una casa de Playas de Tijuana, pero el temor persiste.

"No podemos salir, tenemos miedo. Ayer a dos compañeras las amenazaron. Fueron a comprar y les dijeron que no podían salir a la calle, que si las miraban las iban a matar", denunció.

El grueso de la caravana migrante durmió este lunes en Guadalajara mientras que una segunda, también ya fragmentada, está llegando por pequeños grupos a Ciudad de México, seguida por una tercera.

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