Escuchar“Después de seis años de relación con una persona que no se compromete, sigo esperando que cambie. No le puedo contar cuántas veces hemos terminado porque él dice que no me puede ofrecer lo que yo quiero. Yo le he dicho que si volvemos es para casarnos, pero dice que no. Solo lo veo los fines de semana cuando él tiene tiempo. Lo sigo esperando porque creo que cuando uno se compromete tiene que luchar”.
1. Respeto su forma de pensar, pero no puedo concordar con este concepto de que el compromiso es luchar por la otra persona. Fuera de un marco de realidad, donde las expectativas de relación son radicalmente diferentes, usted habla de compromiso y convivencia. Él claramente dice que no, por tanto, esta es una relación que no tiene perspectivas de vida, esperar un cambio cuando piensan radicalmente diferente, solo crea inestabilidad en una relación.
2. Aprender a ver las cosas tal y como son es parte del desarrollo emocional. Hay muchas personas que creen que amar es estar, soportar, aguantar y esperar, aún por encima del dolor, la tristeza, la angustia, la contradicción y la ambivalencia. Hay quienes lo llaman lucha o compromiso, pero quizá en el fondo, hay apego y dependencia y con esta base, sus decisiones podrían no estar asociadas a los criterios de bienestar emocional.
3. Cuando una relación no logra establecer hechos claros y concretos que permitan el planteamiento de un objetivo común es complicado esperar que se evolucione a otros niveles.
4. Toda pareja requiere establecer una visión de conjunto, en la que la palabra negociación no puede estar fuera de las variables de esta sana discusión para crear un proyecto de vida. Así que llegó el momento de que haga una revisión hacia dentro y asuma cuestionar a profundidad esto de: “él es mi todo”, y creer que amar y comprometerse es estar por encima de la realidad. ¡Cuidado con esto!
