Escritor mexicano recibió amenazas de muerte por escribir narcocorridos

Armenta, junto a 10 artistas procedentes de Chile, España y otros países, se presentará este sábado en las Fiestas Patronales de Santo Domingo de Heredia, a las 7 p. m.

En el festival los invitados deleitarán al público con puros exitazos rancheros.

Además, los intérpretes internacionales le regalarán una serenata a la Virgen de los Ángeles, el 2 de agosto en la basílica, luego de finalizar la misa solemne de las 9 a. m. Ellos interpretarán el “Ave María”, “Las mañanitas” y “Tan linda es mi Costa Rica”, entre otras.

Jesse, quien vive en Arizona, Estados Unidos, conversó este miércoles con La Teja para contarnos detalles de su vida, de su exitosa carrera artística y de lo que conoce de Costa Rica.

–¿Qué le han hablado de Costa Rica?

–Que es encantador. Además, un hijo mío se casó hace unos cuatro años con una costarricense, ella es de Alajuela, así que pueden imaginar que ella me platica de lo precioso que es el país.

–¿Qué le han contado su hijo y su nuera?

–Él ha venido unas tres veces y me ha advertido: ‘Papá, cuando tu vayas a Costa Rica no vas a querer regresar’ Ojalá, que algún día pueda comprar una propiedad allá o por lo menos pasarme más tiempo.

– ¿Viene con el antojo de probar algún platillo?

–Todavía no he probado nada. Pero quiero comer la piña de aquí porque son exportadores para el mundo, así que me imagino que debe ser muy buena. Además, el famoso gallo pinto que mi nuera menciona siempre y que prepara en casa. Luego el café chorreado, ¡sabrosísimo! Creo, con el perdón de los colombianos, que el de ustedes es el mejor (café) del mundo. Allá (Arizona) hay café americano, pero siempre pregunto por el de Costa Rica, ya que es el que tomo.

–¿Qué significa para usted ser el padrino del festival?

–Es un privilegio y un honor que me hayan invitado como padrino del Festival Unidos por la Música Mexicana en la festividad de Santo Domingo.

–¿Cómo es la relación con los Tigres del Norte?

– Todo el tiempo he tenido una muy buena relación con ellos. Creo que la gratitud es la memoria del corazón, y uno debe estar agradecido toda la vida, así me graben o no. Estaré agradecido porque todo el tiempo los muchachos me han visto con ojos de amor, son muy humildes, muy gente. Me han tratado no como un simple compositor, me han tratado como si fuera de su familia.

–¿Se ha rehusado a escribir alguna letra que vaya en contra de sus principios?

-Sí claro, al principio escribía de todo a diestra y siniestra, pero a raíz de una amenaza que recibí por el corrido El circo, que grabaron Los Tigres del Norte, me dije: ¡Vale más no seguir con esto!

–¿Y en qué pensó en ese momento?

–Me puse a meditar qué clase de mensaje les estaba dando a las nuevas generaciones y aunque respeto mucho a los que lo siguen haciéndolo, dejé de escribir corridos. El último narcocorrido fue el de Jesús Malverde, que grabaron muchos y que se incluyó en la película ‘Salvando al soldado Pérez', desde ahí dije: ‘No quiero dejar mensajes de ese tipo’.

–¿Cuál es su mayor ídolo de música ranchera mexicana?

– Cada uno tiene una esencia muy particular. Si hablamos de Jorge Negrete o Pedro Infante no tienen comparación sus matices de interpretación, pero los dos son grandes ídolos. Si hablamos de Javier Solís y de Vicente Fernández, tampoco hay comparación. Para mi gusto destaca y muy por encima Javier Solís, pero no deja de ser importante toda la trayectoria de Vicente Fernández.

–¿Cómo puede describir la sensación de escuchar un tema suyo en la radio?

–En 1970 Alberto Pino me grabó un tema, así que él fue el primero que creyó en mis temas. Cuando escuché la canción se me hizo chica la ciudad de Phoenix, Arizona, porque no cabía de alegría y me sentía así como un pavo real, fue una sensación indescriptible. Y de ahí siguieron muchos grupos, al punto que hoy tengo unos 200 temas grabados y lo bueno es que no dejo de sentir esa alegría cuando escucho algún tema mío en la radio.