“He intentado por todos los medios hablar con mi expareja para que logremos firmar el divorcio, pero ella por razones de orden religioso, dice que no me lo va a dar, llevamos ya casi tres años separados, yo he sido muy responsable con mis hijos y todo lo económico, le he hecho varias propuestas, que creo que son justas, para poder resolver el tema, me siento perdido”.
1. Creo que cuando una persona tiene una decisión, que es definitiva y está fundamentada, no sólo en un acto de voluntad consciente, sino que además tiene razones para dicha decisión, una primera vía de resolución es la búsqueda de un diálogo conciliatorio, que permita una sana solución en cuanto los términos de la separación.
2. Ahora, cuando la otra parte simplemente se niega a la escucha, la negociación o la flexibilización de su posición, entonces esta vía de diálogo se agota y un proceso de mutuo consentimiento se distancia, en el tanto una de las partes no accede a reconsiderar su posición.
3. Es aquí donde se hace necesario la asesoría de un especialista en derecho de familia, con el objetivo de analizar las alternativas legales para solicitar la intermediación de un juez, que posibilite la resolución sana, justa y objetiva en un proceso de divorcio. En este momento en nuestro marco jurídico existen alternativas, precisamente que han sido desarrolladas para poder tomar decisiones cuando alguna de las partes se niega a negociar.
4. No podemos perder de vista, que si bien es cierto, que una persona en virtud de su historia afectiva y su visión del mundo está fraguada por principios morales o de orden religiosos, podría negarse a escuchar y es aquí donde se ocupa la intermediación legal, porque nadie puede obligar a otro ser humano permanecer vinculado por la razón que sea, cuando una de las partes en definitiva así no lo quiere, busque apoyo legal.