“Inicié terapia porque he tenido problemas de ansiedad y ataques de pánico. He estado pasando un momento emocional muy difícil y la sicóloga me recomendó que me valorara un siquiatra, así que fui y me siento muy bien, pero he tenido problemas con mi familia. Ellos dicen que no necesito tomar medicamentos y para evitar problemas los dejé, no volví a terapia y me siento mal y siguen los ataques de pánico”.
1. Es un acto de irresponsabilidad cuando personas sin formación profesional en salud mental o emocional afirman que la recomendaciones giradas por un profesional en sicología y otra en siquiatría están mal y que lo mejor es dejar el tratamiento botado.
2. Esto que cuenta sucede con más frecuencia de la deseada, porque existen mitos con respecto a la sicología, la terapia y la siquiatría. Vale esta pregunta, ¿la persona que recomendó dejar el tratamiento es profesional?, ¿tiene criterio?, ¿tiene formación?, ¿conoce los alcances de la recomendaciones giradas? Este tipo de cosas siempre van a dar un mal resultado.
3. Es momento de que retome el proceso que llevaba con su sicóloga, por encima de lo que piense su familia. Debería buscar nuevamente al médico siquiatra que la está tratando y pensar en su bienestar.
4. Se debe reconocer que hay alternativas de tratamiento, hay muchas cosas que se pueden hacer por una persona que sufre problemas de ansiedad, pero se requiere que la persona se ajuste al tratamiento para ayudarle, de lo contrario, se complica.
5. Cuando una persona tiene miedo o dudas, en lugar de hacer una afirmación y simplemente entrar en conflicto con el tratamiento, lo que debería hacer es acercarse a los profesionales tratantes, explicarle sus dudas y sus miedos para que reciba la información correcta. Así de esta manera se convierte en un agente de apoyo, de estímulo y cambio para la persona que he recibido un diagnóstico, en lugar de hablar desde el desconocimiento, bloqueando la posibilidad de mejora.