Farándula

Heredera de una fortuna se declara culpable por tener una secta sexual en Estados Unidos

Las “esclavas” del grupo eran tatuadas con un símbolo que tenía las iniciales de Raniere

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Clare Bronfman, heredera del gigante canadiense de bebidas Seagram, se declaró culpable del escándalo que se armó con la secta Nxivm, donde decenas de mujeres se convirtieron en esclavas sexuales del gurú Keith Raniere, indicó el fiscal federal de Brooklyn.

Al declararse culpable este viernes de asociación para delinquir por esconder extranjeros sin papeles y usurpación de identidad, la hija del difunto Edgar Bronfman evita ir a un juicio que comenzará este 7 de mayo y en el que exgurú Keith Raniere figura como único acusado.

Bronfman, de 40 años, podría cumplir una pena de 25 años de cárcel, pero las recomendaciones prevén que en su caso le claven una pena de dos años, indicó un portavoz de la fiscalía. Su sentencia será conocida el 25 de julio.

Detenida en julio de 2018, Clare Bronfman estaba dentro del directorio de Nxivm, la organización fundada por Keith Raniere, que es acusado de haber tenido durante varios años un círculo de 15 a 20 mujeres que obedecían sus deseos sexuales.

Las "esclavas" de la secta, situada en Albany, la capital del estado de Nueva York, eran tatuadas a fuego vivo con un símbolo con las iniciales de Raniere. Las víctimas eran inmovilizadas por otras mujeres y las sesiones eran filmadas.

Rainiere fue arrestado por tráfico sexual tras operar durante los últimos 20 años una serie de supuestos programas de autoayuda en el marco de una organización llamada "Nxivm". Además de centros en Estados Unidos, tenía representaciones en México, Canadá y Sudamérica.

La organización se basaba en una organización piramidal e impartía cursos de cinco días por $5.000, por lo que las participantes con frecuencia quedaban endeudadas y debían trabajar para la organización.

Una de las misiones de las esclavas era tener relaciones sexuales con el "maestro". Todas eran alentadas a reclutar a otras para subir en la escala jerárquica.

Junto a su hermana Sara, Bronfman es acusada de aportar a la secta más de 100 millones de dólares de la fortuna familiar.

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