Las recientes declaraciones de Ivet Playà, acerca de su vinculo amoroso con Alejandro Sanz, revivieron también las declaraciones que dio Marta Marín, una bailarina española quien confesó haber sido amante del cantante por cuatro años.
En 2012, la revista española “Lecturas” entrevistó a Marín, una joven catalana que conoció a Sanz en 2007, en uno de los conciertos que el músico ofreció en Las Vegas, ciudad en la que ella residía en aquella época.
De acuerdo con Marta, que en su adolescencia fue conductora de un programa juvenil español, asitió al concierto porque un amigo suyo, mánager de un prestigioso restaurante de Las Vegas, le pidió que lo acompañara.
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El concierto se llevó a cabo el 20 de noviembre del 2007, en el Palms Hotel, mismo donde Alejandro Sanz se estaba hospedando.
Ella y su amigo tenían boletos en primera fila, debido a que Nicolás Colate fue quien le obsequió los boletos al restaurantero, eso orilló a que fueran invitados al backstrage del concierto, en donde se encontró con Sanz por primera vez y donde, además, surgió la atracción entre los dos.
Ahí también se encontraba Raquel Perera, exesposa del cantante pero que, en ese tiempo, apenas eran novios, aunque eso no lo sabía Marín.
Recordó que, cuando el backstage terminó, los invitaron a seguir con la conversación en la habitación donde Raquel y Alejandro se hospedaban.
“Pensé que quizá Raquel era su novia, aunque no vi ninguna muestra de cariño hacia ella en toda la noche; yo me acababa de comprar un iPhone y estaba mirando mis fotos de viajes, Alejandro se acercó y me quitó el teléfono, se lo quité porque tenía fotos mías en bikini, empezamos a tontear, tuvimos complicidad y miraditas toda la noche”, relató a la revista.
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Al despedirse, fue ella quien se acercó a él para preguntarle si quería su télefono y él lo anotó, sin importar que Raquel estaba viéndolo todo, según contó la joven bailarina.
Al día siguiente, el músico le envió el primero de decenas de mensajes que intercambiarían diariamente, a partir de ese momento y, aunque en principio se hablaban de todo, con el tiempo, las conversaciones serían, en su mayoría, de índole sexual.
“La conversación fue subiendo de tono y acabamos hablándosos de intimidades, me dejé cautivar, le seguí el juego y me gustaba, con el tiempo, se fue convirtiendo en una especie de adicción, luego acababan siendo, básicamente, conversaciones sexuales, él me pedía que le mandara fotos y me las mandaba a mí; si un día no mandaba fotos se quejaba, ´¿dónde está mi fotito de hoy?, mándamela que no puedo vivir sin ellas”.
Y aunque hablaban todo el tiempo, tuvieron que pasar 10 meses para que se volvieran a encontrar; el encuentro tuvo lugar el 19 de setiembre de 2008, cuando ella viajó a Miami, ciudad donde él residía, para reunirse en el bote del músico.
“Me dijo que vendría a verme en cuanto se librara de Raquel, me dijo que Raquel no se separaba de él y que no lo dejaba solo ni un momento; salimos a altamar y Alejandro me pidió que me escondiera, que tuviera cuidado porque podía haber paparazzis y su móvil no paraba de sonar, Raquel le estaba mandando mensajes, le pregunté si creía que ella sospechaba algo y me contestó que le daba igual que, si lo sabía, no le importaba”.
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Luego de su primer encuentro, los sentimientos entre los dos se intensificaron y Marín tomó la decisión de dejar Las Vegas para mudarse a Miami y estar más cerca de Sanz, pese a que pasaran casi meses entre uno y otro encuentro.
El año en que Marta habló con la revista, en 2012, fue el mismo año en que Raquel y Alejandro se casaron; estuvieron juntos hasta 2019.