El concurso “Dancing with the stars” siempre le trae más brete a las estrellas que aceptan el reto de tirarse a la pista.
Las empresas más pellizcadas contratan a los famosos para que les patrocinen sus marcas, ya que tienen mucha exposición gracias a salir en la pantalla de Teletica casi a diario.
Ese es el caso de Johanna Solano, que la contrató un restaurante que vende pollo para que le haga promoción en sus redes sociales.
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El problema es que ahora la exreina de belleza pasa bombardeando con los anuncios y más bien empalaga con el tema.
Lo vacilón es que de fijo Joha no puede comer pollo todos los días porque eso la haría perder el cuerpazo que tiene.