Espontánea, auténtica y querida por muchas personas, la mamá de Kimberly Loaiza abrió su corazón para contarle a La Teja cómo se volvió viral, los retos de salud que ha enfrentado, el cariño que recibe a diario y cómo es su vida detrás de cámaras.
Doña Katya Tenorio, de 57 años, es vecina de Tibás, y nunca imaginó que aparecer en las redes sociales de su hija, modelo, excombatiente y figura pública, la convertiría en un personaje tan popular.
“La Doñita”, como ya la conoce el público, ha conquistado a todos con su humor, su naturalidad y esa conexión genuina que mantiene con la gente. Todo esto a pesar de padecer rudas enfermedades como lo son la fibromialgia y artrosis.
-¿Cómo se dio su viralidad en redes sociales?
La verdad, nunca fue algo planificado. Todo empezó cuando Kimberly comenzó a subir videos conmigo en sus redes. Para mi sorpresa, la respuesta del público fue muy bonita; me sentí bien recibida y con muchísimo cariño. Eso me sorprendió mucho.
—¿En qué momento se dio cuenta de que podía conectar con la gente? ¿Fue impulso de Kimberly?
Todo se dio de manera natural. Nosotras somos así, tal cual se ve en redes, y creo que esa autenticidad fue lo que me permitió conectar con la gente. No forzamos nada; simplemente mostramos lo que somos, y eso la gente lo ha recibido con amor.
—¿Qué pensó cuando grabó por primera vez uno de los videos cómicos para redes sociales?
No lo pensamos mucho. Siempre estamos vacilando y haciéndonos bromas. Cuando Kim me propuso grabar el primer video, acepté de inmediato, porque además era algo que nos había pasado antes. ¿Qué mejor que reírnos de eso?
-¿Cómo surgen las ideas de esos videos?
Todo nace de lo cotidiano. Kim llega, me explica y lo grabamos de una vez. Es espontáneo, no hay guion ni nada.
—¿A qué se ha dedicado usted, dónde vive y cuántos años tiene?
Por muchos años me dediqué a cuidar adultos mayores. También hago arreglos de costura y siempre me he dedicado a ser ama de casa, asegurándome de que mis hijas nunca se sientan solas y siempre tengan mi apoyo.
—¿Qué le dice la gente que las sigue a usted y a Kimberly? ¿Ya es normal verlas juntas?
Cuando paso varios días sin salir en redes, a Kim le escriben diciendo que hace falta un video conmigo, que cómo está la famosa ‘doñita’ y que por qué no me ha sacado. A mí, cuando me ven en la calle, me dan regalos, chocolates, me abrazan… de todo. Es increíble.
-¿Cómo ha sido para usted este crecimiento en redes?
Lo más lindo es que la gente conecta con nosotras tal como somos. No hay un personaje; lo que se ve en redes es lo mismo que somos en la casa o en la calle. Me encanta que muchas familias se identifiquen con nuestro humor y forma de ser.
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—¿Qué no le gusta de las redes sociales?
Lo que no me gusta es la gente malintencionada que inventa cosas o tira odio sin razón. Como dice Kim: ‘De lo que abunda en el corazón, habla la boca’. Gracias a Dios, a nosotras casi no nos tiran odio, pero sí es algo que se ve y que no está bien.
—¿Usted es tan espontánea como se ve en redes?
¡Totalmente! Lo que ve es lo que hay. El primer video que se graba, ese es el que se sube. A veces Kim me graba sin que yo lo sepa. Solo le pido un momento para ponerme un brillito en los labios, para verme más linda, pero todo es espontáneo y natural.
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—¿La han criticado por exponerse tanto en redes?
No me doy cuenta. Estamos felices compartiendo lo que somos y tratando de sacar una sonrisa a la gente. Si alguien nos critica, allá ellos, porque no le damos importancia.
—¿Quién le enseñó a usar redes?
Nadie. Yo subo mis fotitos y uno que otro reel. Lo básico. Como toda una señora.
—Vimos que retomó el ejercicio… ¿Cómo va con eso y su salud?
Estuve haciendo ejercicio hasta que tuve que ir al cirujano. Hace años me habían quitado el útero y la vejiga se me bajó, así que me operaron para volverla a colocar. Por eso estuve un tiempo sin entrenar. Ahora estoy retomando poco a poco, aunque espero una operación en el manguito rotador del brazo. También tengo fibromialgia y artrosis, pero no me detienen: camino, cocino, hago costura… y si Kim me invita a pilates o zumba, ¡voy!
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—¿La han llamado “la suegra de Costa Rica”?
Ja, ja, ¡sí, sí me lo han dicho!
—¿La gente ya la reconoce como la mamá de Kimberly?
Totalmente. Me ven en la calle y dicen: ‘¡La mamá de Kim!’ o ‘¡La Doñita!’. Es lindísimo.
—¿De dónde viene el apodo “La Doñita”?
Yo siempre le dije ‘doñita’ a mi mamá. Mis hijas escuchaban eso y empezaron a decirme así también… ¡Y se quedó!
—¿Le ha copiado alguna estrategia a Kimberly para redes?
No. Kim se dedica a eso. Yo no me he desubicado ni he querido hacerme influencer. Solo soy la mamá que se apunta al vacilón.
—¿Qué hace en su tiempo libre?
Me encanta cocinar para mis hijas, ver atardeceres, ir a la playa, caminar y disfrutar los domingos en familia; en otras palabras, hacer cosas simples que me llenan.